Rinden homenaje a Ciro Camey, el bombero que murió en un incendio

Integrantes del motoclub Ángeles de Fuego viajaron a la laguna Lemoa, en Quiché, para recordar al bombero quetzalteco Ciro Camey, quien falleció en un incendio hace 10 meses.

Integrantes del motoclub, la mayoría bomberos, enviaron globos con mensajes para su compañero Ciro Camey. (Foto Prensa Libre: María José Longo)
Integrantes del motoclub, la mayoría bomberos, enviaron globos con mensajes para su compañero Ciro Camey. (Foto Prensa Libre: María José Longo)

Carlos Velásquez, integrante del motoclub, relató que hace un año viajaron a la laguna con Camey, por lo que este año repitieron el viaje para recordarlo y “soltar 50 globos” con mensajes que ya no le dieron.


Los integrantes del motoclub, del cual Ciro fue uno de los fundadores, viajaron en ocho motocicletas, en total participaron 12 integrantes.

“Aparte de ser compañero del motoclub nos faltó agradecerle el apoyo que nos dio a nivel personal, él era muy maduro y la mayor parte de veces nos aconsejaba”, dijo Velásquez.

El bombero murió el 23 de noviembre de 2017 mientras auxiliaba en un incendio de grandes proporciones en el Mercado Minerva, zona 3 de Quetzaltenango.

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Camey, de 41 años, trabajaba para apagar las llamas cuando desapareció. Posteriormente fue localizado inconsciente y fue trasladado al Hospital Regional de Occidente (HRO), donde falleció.

El motoclub está conformado en su mayoría por bomberos quienes acostumbran visitar sitios con recursos naturales, el último viaje de Ciro, según recuerdan sus compañeros, fue a las Cataratas de la Igualdad, en San Marcos.

El próximo 14 de septiembre la familia del bombero recibirá un reconocimiento de la municipalidad de Quetzaltenango, el Concejo decidió por unanimidad que es un Ciudadano Ejemplar, el homenaje se entregará junto al de tres mujeres que fueron seleccionadas para el galardón de Quetzalteco Distinguido.

Camey tenía 23 años de prestar servicio en la Quinta Compañía de los Bomberos Voluntarios de Quetzaltenango, sus compañeros lo llamaban El Conejo y lo recuerdan como un rescatista entregado y valiente.

A los 18 años empezó a trabajar como bombero, una labor que su padre también realizó en Totonicapán, lugar donde nació Ciro, pero desde hace 30 años vivía en Xela, donde viven sus tres hijos.

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