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Depresión, desconsuelo y deudas: familias de Suchitepéquez sufre secuelas por lluvias

La crecida del río Nahualate inundó todo en Las Delicias, aldea de Santo Domingo Suchitepéquez, y afectó a miles de agricultores y sus familias que sobreviven de ella. Sin poder contener las lágrimas, Ovidio Tahual García, de 57 años, uno de los afectados, habla de los cultivos que perdió.

“¡Tanto trabajo, para nada!”, exclama Ovidio Tahual, un agricultor de Suchitepéquez, mientras llora. (Foto Prensa Libre: Cristian Icó)

“¡Tanto trabajo, para nada!”, exclama Ovidio Tahual, un agricultor de Suchitepéquez, mientras llora. (Foto Prensa Libre: Cristian Icó)

La familia del agricultor se ha dedicado a la siembra por generaciones. Han tenido que trasladarse a sembrar a sectores cercanos a ríos porque la tierra en el centro de la comunidad ya no la arriendan a pequeños agricultores, solo a empresas grandes “que pagan más”, dijo Tahual García.


La llegada al lugar tarda unos 20 minutos. Se pasa un puente de hamaca deteriorado, una estructura delgada, de madera, que utilizan los vecinos cuando crece el río Esperanza. En el verano se usa un badén para cruzar con vehículo al otro lado, que pertenece a San José El Ídolo.

Ovidio mira triste el terreno que antes estaba lleno de milpa y ajonjolí; ahora solo se observan unas cuantas matas. El 90 por ciento del cultivo de seis manzanas, en el que invirtió Q8 mil,  está perdido. El dinero lo consiguió por medio de un préstamo a un particular. La imposibilidad de pago le ha causado depresión.

“Me enfermé. Ya no quería comer, menos salir al campo. Ya dije que no vuelvo a sembrar, esto me dejó muy mal. Solo de recordar todo lo que perdí me afecta mucho. Pagamos para que nos preparen la tierra, el fertilizante, abono, semillas, cuidados. ¡Tanto trabajo, para nada!”, manifestó.

Agregó que “ahora venimos a ver y lo poco que podemos recuperar es para que comamos con la familia. Ya me comuniqué con la persona que le iba a vender el maíz y ajonjolí para informarle lo que pasó y duele, porque uno ya tenía planes con ese dinerito que iba ganar”, se lamenta el agricultor.


La época de lluvias este año ha sido inclemente y ha golpeado con fuerzas a pequeños agricultores, no solo del sur del país sino del altiplano y el norte. La semana pasada se conoció la historia de un agricultor de se suicidó debido a la depresión que le afectó al perder todos sus cultivos en Ixcán, Quiché. 

El agricultor dejó a 10 hijos en la orfandad. 

En Ixcán, como en otros departamentos, los afectados que perdieron todo a causa de las lluvias, están con incertidumbre puesto que no saben qué harán, sin cosechas y sin dinero para pagar los créditos que bancos les otorgaron para cultivar este año.

Sin apoyo estatal

Hasta ahora ningún programa de gobierno ha asistido a las familias de  agricultores de Las Delicias, aseguran los afectados.

“Nos enteramos cuando viene la ayuda, pero solo se la dan a la gente que está afiliada a un partido político,  a los verdaderos afectados no llega”, dijo Ovidio.

Según los vecinos, representantes del Ministerio de Agricultura y Ganadería (Maga) levantaron un conteo de afectados, pero no incluyeron a todos.

“Ya nos informaron que anda gente del Maga haciendo un censo de daños y pasaron por estas zonas y nosotros no fuimos tomados en cuenta. Es una lástima porque cuando vienen los programas sociales le dan a personas que no se dedican a la agricultura”, dijo.

José Leonel Jerez, delegado del Maga en Suchitepéquez, informó que los Cocodes monitorearon las áreas afectadas y levantaron el censo. Dijo que no se incluyó en el listado a quienes no fueron encontrados o son  nuevos en esa labor. “Tenemos  58 mil 582 personas afectadas por inundaciones. Por el momento no tenemos ayuda que entregar, ni fertilizante, menos semillas. Solo se ha entregado el proyecto de huertos  escolares”, indicó.

Ayer, en reunión de gabinete, se informó que  ocho  mil 881 hectáreas de cultivos de maíz, frijol, arroz, manía, ajonjolí, café, banano, pepino y algunos árboles de limón fueron dañadas por las lluvias en todo el país; y que las familias afectadas suman nueve mil 523.

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