El delantero portugués, que el pasado lunes voló a Manchester para reunirse con directivos del club y con su nuevo entrenador, Erik Ten Hag, les expresó antes de incorporarse a la dinámica de entrenamientos de sus compañeros su deseo de abandonar el equipo para jugar en uno con el que poder por la Liga de Campeones.
Cristiano, que tiene un año más de contrato con el Manchester United, y opción a otro, y pese a que quiere romper su vinculación con los ‘Diablos rojos’, encontró en su regreso a Old Trafford el cariño de la afición. Numerosos niños acudieron al estadio luciendo una camiseta con su nombre y el número siete a la espalda.
Esos niños, y muchos adultos, corearon cada acción en la que participó el portugués, que salió de inicio en la punta de ataque pero, demasiado desasistido para recibir el último pase, fue retrasando su posición hasta acabar bajando a recibir balones en el centro del campo.
La mejor ocasión de Cristiano llegó a los once minutos, cuando recibió un balón por la izquierda del neerlandés Donny van de Beek, inició la carrera y lanzó un disparo cruzado que se marchó desviado por la portería de Stole Dimitrievski.
Esa fue su mejor aportación ofensiva durante los cuarenta y cinco minutos que estuvo sobre el césped. Falto de ritmo, le costó participar en jugadas verticales de su equipo y en acciones combinativas de sus compañeros, que lo buscaron en todo momento consciente de su potencial atacante.
En el descanso fue sustituido por el marfileño Amad Diallo, que a los tres minutos de entrar al césped abrió el marcador para el Manchester United.