Fútbol Internacional

El Real Madrid viajará a Transnistria, “el país de nunca jamás”, y jugará ante el Sheriff Tiraspol en la Champions League

Hay un nuevo sheriff en la Liga de Campeones que será rival del Real Madrid en la fase de grupos. Es el Sheriff Tiraspol, el equipo de la capital de la república separatista de Transnistria, territorio enclavado entre Ucrania y Moldavia.

Stadionul Sheriff es el estadio del Sheriff en la ciudad de Tiraspol, capital de Transnistria. Foto Facebook de Fc Sheriff Tiraspol.

Stadionul Sheriff es el estadio del Sheriff en la ciudad de Tiraspol, capital de Transnistria. Foto Facebook de Fc Sheriff Tiraspol.

Producto de un cruento conflicto con Moldavia, el país más pobre de Europa, Transnistria se proclamó independiente, pero no es reconocida por la comunidad internacional.

Por ese motivo, el Sheriff ha jugado los últimos 20 años la liga moldava, título que ha ganado en diecinueve ocasiones desde 2001. Sólo se les escapó la liga en 2010-11 y 2014-15.

Tiraspol es lo más parecido a la antigua Unión Soviética. La simbología soviética está por doquier en la ciudad, desde la propia hoz y el martillo de la bandera nacional a la plaza Lenin.

Transnistria sólo es reconocida por las otras tres autoproclamadas repúblicas separatistas del espacio postsoviético: Osetia del Sur, Abjasia y Nagorno Karabaj.

El enclave, que está separado del resto del país por el río Dniéster, vive en permanente estado de tensión desde el conflicto armado con Moldavia (1992-93), que dejó varios centenares de muertos.

Tropas de pacificación rusas están desplegadas desde entonces en la región, que acoge varias decenas de miles de toneladas de armas y municiones dejadas por el Ejército soviético en su repliegue de Europa.

Es un país tan aislado, que, según informó a Efe el club, el equipo español no podrá volar al aeródromo de Tiráspol, sino que deberá hacerlo a Chisinau, capital moldava.

Desde ahí, deberá recorrer casi 80 kilómetros en autobús hasta llegar a Tiráspol, lo que sumado al paso por la frontera entre ambos territorios, se traducirá en poco más de una hora en carretera.

La UEFA ha permitido al club acoger partidos de “Champions” en su pequeño estadio Stadionul Sheriff inaugurado en 2002 y renovado en 2011, que tiene capacidad para menos de 13.000 espectadores.

El Sheriff lo había intentado en anteriores ocasiones, pero nunca había superado las cuatro rondas de clasificación que permiten disputar la ansiada fase de grupos de la “Champions”.

Las dos primeras rondas las pasó sin mayores dificultades. Eliminó al Teuta albanés (0-4 y 1-0) y al Alashkert armenio (0-1 y 3-1).

Tuvo más dificultades para superar al histórico Estrella Roja (1-1 y 1-0), pero el Dinamo Zagreb apenas opuso resistencia (3-0 y 0-0).

“El Sheriff se clasificó por vez primera en su historia para la fase de grupos de la Liga de Campeones sin una sola derrota, con dos empates y seis merecidas victorias. Esperamos a los mejores equipos en la capital de Transnistria”, escribió su presidente, Vadim Krasnoselski, en Telegram.

Encuadrado en el último bombo, el Sheriff se enfrentará también en el Grupo D al Inter de Milán y al Shakhtar ucraniano.

El club es propiedad de la corporación Sheriff, uno de los principales sostenes de la economía del territorio, poblado por medio millón de personas, en su mayoría rusos, moldavos y ucranianos.

Sus dueños, dos antiguos miembros de los órganos de seguridad -Víctor Gushan y Iliá Kazmali- controlan empresas, operadores de telefonía móvil, fábricas, gasolineras y supermercados.

A final de 2019 el fútbol moldavo retiró el límite al fichaje de extranjeros. Por eso, sólo unos pocos moldavos componen la plantilla del Sheriff.

El resto son futbolistas provenientes de Europa, Latinoamérica y África. En total, según Transfermarkt, el valor total del plantel es de menos de 12 millones de euros.

Hay tres brasileños (Fernando, Cristiano y Bruno), tres colombianos (Frank Castañeda, el capitán del equipo; Hansel Zapata; y Danilo Arboleda) y un peruano (Gustavo Dulanto).

En el once inicial del equipo en el partido de vuelta en Zagreb sólo hubo un jugador con pasaporte moldavo, Luvannor Henrique de Sousa Silva, un brasileño que ya ha defendido la camiseta nacional.

La política del Sheriff es similar a la del Shakhtar ucraniano, en la que la mayoría de futbolistas son extranjeros, concretamente de Brasil.

De hecho, el entrenador del club es el ucraniano Yuri Vernydub, que en el pasado entrenó al Zorya de Lugansk, al que condujo a los primeros puesto de la liga y que le valió los halagos de Jose Mourinho cuando su equipo se enfrentó al Manchester United en la Liga Europa.

El que fuera capitán del Zenit ruso como jugador, Vernydub dirige al Sheriff desde finales de 2019 después de hacer campeón de la liga bielorrusa al Shakhtar de Soligorsk.