Fútbol Internacional

Lo que nos hubiéramos perdido…

La liga del Leicester City, el gol en el descuento de Sergio Agüero, los títulos de Alex Ferguson, José Mourinho triunfando en Stamford Bridge, los récords de Guardiola, Cristiano Ronaldo firmando por el Manchester United. Todas esas historias podrían no haber existido si el coronavirus en lugar de aparecer en este 2020 hubiese elegido cualquier otra temporada para hacer su entrada en escena.

Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool. (Foto Prensa Libre: EFE)

Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool. (Foto Prensa Libre: EFE)

Ha sido al Liverpool al que le ha tocado lidiar con el virus, enfrentarse a poder quedarse sin su primera liga en treinta años por azar del destino, porque lo que parecía “una gripe normal” hace tan solo unas semanas ha terminado poniendo en jaque al deporte mundial y en consecuencia a un título que debería ser para los de Jürgen Klopp.

Pero, ¿qué hubiera pasado si el coronavirus hubiese aparecido en 2016 en lugar de este año? Nadie habría presenciado la gesta del Leicester de Claudio Ranieri, por ejemplo.

Si se planta el virus en el invierno de 2016, la tabla de la Premier League arroja al Leicester en primera posición, con cinco puntos sobre el Tottenham Hotspur y ocho sobre el Arsenal. Si se traslada la situación actual a aquel día, a nueve jornadas del final, pocos seguirían apostando por un triunfo final de los ‘Foxes’. “Terminarán cediendo”, “Les podrá la presión”, “No aguantarán el ritmo”, serían las frases más repetidas.

En una reunión entre los propios clubes, pocos estarían de acuerdo en entregar el título a Ranieri, Jamier Vardy, N’Golo Kanté, Riyad Mahrez y compañía. Especialmente un Tottenham que no ha tenido una oportunidad tan clara de ganar un título en los últimos ocho años.

Con una cancelación del campeonato, no habría habido celebración en casa de Vardy, ni baño de masas a Ranieri, ni aquel hombre que apostó a cuota 5.000 por el triunfo de los ‘Foxes’ habría ido a cobrar la apuesta. Todo se desvanecería y la gesta del Leicester quizás nunca hubiese existido.

O quizás, si el virus germinase en 2012, no se hubiera podido escuchar gritar a Martin Tyler, narrador de Sky Sports, el ya famoso “Agüeroooooooo” en el Etihad Stadium cuando el argentino marcó el gol de la remontada en el descuento ante el Queens Park Rangers. Un tanto que daba la primera liga en más de 50 años a los citizens y que a su vez dejaba chafado al United de Ferguson en el césped del Sunderland.

El propio Ferguson no presumiría de 13 Premier League en su palmarés si el coronavirus hubiese llamado a las puertas de alguna de sus gloriosas temporadas. Podría haber roto el triplete de 1999 y aquella noche en el Camp Nou, donde los goles de Teddy Sheringham y Ole Gunnar Solskjaer remontaron al Bayern de Múnich.

El partido, en lugar de disputarse a finales de mayo se habría jugado a finales de junio, con mucho más calor en la ciudad condal. Los jugadores del United hubieran llegado mucho más sofocados al final y ya sin fuerzas para un último esfuerzo se hubieran rendido a la eficacia germana.

Ahora coloquemos el virus en 2003, con el Manchester United ya consolidado como uno de los clubes más poderosos del mundo. Toda la campaña se tiene que mover hacia el verano y muchos amistosos de pretemporada son cancelados, entre ellos el que un 8 de agosto enfrenta al United contra el Sporting de Lisboa. El día que Ferguson terminó por cerrar el fichaje de Cristiano Ronaldo no existió.

En lugar de marchar al United, acaba en el Chelsea, de ahí se marcha al Milán y la historia del fútbol europeo cambia drásticamente.

Son todo escenarios hipotéticos, pero que hacen reflexionar sobre lo que se podría haber perdido en la historia y lo que puede que el mundo del deporte esté echando de menos hoy mismo sin saberlo.

Quizás el Liverpool no hubiese vuelto a ganar un solo partido cediendo el título en la mayor catástrofe de la historia de la Premier League, quizás el Real Madrid remontó contra pronóstico al Manchester City para acabar perdiendo la final con el Atlético de Madrid en una revancha histórica.

Quizás el próximo Leo Messi no puede salir de Argentina camino de Barcelona porque las fronteras están cerradas y acabe sin pena ni gloria en un barrio de Rosario. Todo es posible en estos días.

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