Economía

Aunque hay más vehículos en la calle, 9 de cada 10 no tienen seguro en Guatemala

La baja penetración de seguros para automotores contrasta con el aumento del parque vehicular del país, que creció 8% el año pasado.

En el 2020, en el ramo de automóviles se reclamaron más de 78 mil pólizas y se pagaron Q637 millones, menos que en el 2019 en ambos rubros. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

En el 2020, en el ramo de automóviles se reclamaron más de 78 mil pólizas y se pagaron Q637 millones, menos que en el 2019 en ambos rubros. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

Los reclamos por seguros de automóviles bajaron drásticamente durante la pandemia. Mientras en el 2019 los asegurados reclamaron cien mil pólizas y se pagaron aproximadamente Q850 millones de indemnizaciones, el año siguiente el número de pólizas cayó a 78 mil y el pago por estas bajó a Q637 millones: una disminución de 25 por ciento.

En el Registro Fiscal de Vehículos de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) había inscritos hasta el 14 de enero del 2021 cuatro millones 110 mil 462 unidades. En el 2020, el parque creció un 8.4%. Sin embargo, esa cifra contrasta con el número de vehículos asegurados en el país.

Pero en  2020, solo se aseguraron 1 mil 752 vehículos para un total acumulado de 392 mil, es decir, que esa cifra aún representa solo un 10 por ciento de penetración de seguros vehiculares, según datos de la Asociación Guatemalteca de Instituciones de Seguros (Agis).

Actualmente se contabilizan entre 40 y 50 accidentes de tránsito diarios, según datos de la Policía Municipal de Tránsito.

“La brecha se está haciendo cada vez más grande, y en lugar de acercarnos a que un mayor número de automóviles que transitan tengan el respaldo para hacer frente a los probables daños que pudieran provocar a otras personas o a la propiedad en un accidente,   observamos que el año pasado menos personas aseguraron sus automotores”, afirmó Christian Nolk Rodríguez, presidente de Agis.

La importación de vehículos usados, la reventa de vehículos y el aumento exponencial del parque de motocicletas son factores que amplían esa brecha, comentó el directivo de Agis.

Actualmente, existen tres reglamentos que establecen el seguro en otro tipo de vehículos y transporte, pero uno de los más importantes para el sector es el Acuerdo del Ministerio de Gobernación número 17-2020, que el Ejecutivo postergó por un año su vigencia para poder establecer el Reglamento para la Contratación del Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil Contra Terceros del Transporte Colectivo Urbano de Pasajeros y de Carga.

Uno de los obstáculos a definir en el reglamento es cómo identificar a los vehículos que tienen seguro. En ese sentido, Nolck aseguró que el sector está preparado con métodos que permitan esa verificación.

Por ejemplo, han diseñado una insignia tipo calcomanía, que se debe imprimir y contiene un código QR donde indica el nombre de la empresa que brinda la cobertura, fecha de inicio y de expiración de la vigencia, y un número de teléfono para verificar los datos.

Baja percepción de riesgo

Ricardo Gaviria Fajardo, consultor de Movernos Seguros FIA/ BID, quien participó en el Foro: “Seguro obligatorio, hacia una cultura vial más responsable”, explicó que las cifras demuestran que el parque automotor crece más rápidamente de lo que lo han hecho las primas de seguros y ello puede depender del tipo de vehículos que están ingresando al país, de la disposición de los compradores para acceder a un seguro todo riesgo que proteja su patrimonio en caso de siniestro y en la percepción del riesgo al que están expuestos.

La comparación de la calificación individual frente a la calificación del conductor promedio nos indica que, en muchos países de la región, las personas consideran que son mejores conductores que el promedio. Sin embargo, la pregunta de conocimiento reveló que solo 12 de 76 personas tienen en cuenta la distancia adecuada para evitar un choque por alcanzamiento.

En el tema de las motocicletas para muchos países de la región este tipo de transporte son el principal generador de afectaciones de morbilidad-mortalidad por siniestros de tránsito, agregó Gaviria.

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Solo uno de cada cinco tiene seguro

El sector asegurador de Guatemala reflejó un crecimiento anual de un 3.7 por ciento, y el histórico de un 7.3 por ciento, según el último reporte de la Asociación Guatemalteca de Seguros (Agis).

En el 2019 se aseguraron 552 mil 912 personas y en el 2020 alcanzó a 591 mil 616, esto significa que 1 de cada cinco guatemaltecos está asegurado. El índice es de 1.35 por ciento de penetración, uno de los más bajos de Centroamérica.

A diciembre del 2020 el total de indemnizaciones pagadas fue en el ramo de seguros de vida un total de Q1 millón 607 mil 497, en el de accidentes personales y gastos médicos se desembolsaron Q1 millón 86 mil 664, en el de automóvil Q636 mil 962 y en el resto de los daños Q732 mil 128 para un total general de Q4 millones 087.

En el tema de covid-19, el total pagado fue de Q192 mil 569.113, es decir, un 19 por ciento del total pagado en el ramo de seguro de vida, indicó el reporte de Agis.

Impacto económico

Gaviria explicó que hay varios impactos económicos para un país que no tiene seguro obligatorio:

  • La ausencia de un seguro genera un traslado de víctimas a los centros de salud públicos, lo cual genera problemas de saturación y restricción de capacidad de atención adecuada de las víctimas.
  • Dicha atención produce una carga fiscal importante que permita la atención de esas víctimas, es decir una porción importante de los impuestos generales de la población se destinan a pagar la atención médica de víctimas.
  • Esto es regresivo, en la medida en que los siniestros de tránsito son causados por vehículos particulares en la mayoría de los casos, pero la atención es financiada a partir de los recursos fiscales.
  • Esto implica que la ausencia de un seguro hace que una porción de recursos públicos deba ser destinada a la atención de víctimas de siniestros de tránsito, sacrificando otras prioridades en materia de salud pública o en otras áreas de política pública que requieran financiación como educación o infraestructura.
El seguro obligatorio es una primera capa de protección que busca la prevención de la ocurrencia de siniestros y en caso de presentarse la garantía de atención inmediata que requiera la víctima. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

Efectos positivos del seguro obligatorio

El consultor refirió algunos de los efectos positivos del seguro obligatorio, por ejemplo, los centros de salud públicos y privados estarán dispuestos a atender a las víctimas de siniestros de tránsito porque cuentan con la garantía económica para pagar los costos que surjan de la atención.

“Se reduce entonces los problemas de saturación, se aumenta la capacidad instalada para la atención de víctimas e incluso hay incentivos para abrir nuevos puntos de atención médica en zonas apartadas en las que no existan”, dijo Gaviria.

Otro efecto positivo es la liberación de la carga fiscal: los recursos que antes se destinaban a pagar a los centros de salud públicos por la atención de las víctimas, puede ser destinado a otras prioridades de política pública.

Desde la perspectiva de la víctima o el causante del siniestro, la existencia de un seguro le resulta muy favorable porque disminuye el costo que debe asumir en servicios de salud por la atención de la víctima, es decir, lo que se denomina el gasto de bolsillo en Salud se reduce según el caso.

Gaviria aclaró que la existencia de un seguro obligatorio no exime al responsable por las indemnizaciones que pueda perseguir la victima por las afectaciones más complejas que se produzcan, es decir, riesgo moral, lucro cesante, invalidez por mencionar algunas.

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