Economía

¿Es viable un gasoducto entre México y Centroamérica?

La negociación con las comunidades será vital para hacer realidad el gasoducto con el que México quiere llevar energía barata a Centroamérica.

México pretende construir un gasoducto de 600 kilómetros para llevar el exceso de gas natural de Estados Unidos a Centroamérica, con el fin de bajar los costos energéticos en la región. Sin embargo, el proyecto tendrá que enfrentar retos como la negociación  del derecho de vía y la complejidad del terreno.

De este modo, los países del istmo contarían con energía más económica y los procesos industriales se abaratarían. Sería un detonante económico, una especie de “llamado a los empresarios” para que consideren atractiva la zona y se instalen, pues cuenta con mucha mano de obra “valiosa” que sólo requiere capacitación, asegura Oscar Alejandro Figueroa Gutiérrez, presidente de la asociación Clúster de Infraestructura y Energía de Chiapas.

Estima que únicamente por la construcción del gasoducto en tierras mexicanas, que tardaría aproximadamente dos años y medio, habrá 9,000 empleos directos que se duplicarían al incluir su paso por Centroamérica.

Esfuerzos por la región

  • Estados Unidos produce el gas natural más barato del mundo que viene de las cuencas de Eagle Ford y Permian.
  • Sus precios spot van de US$2 a US$4 por cada millón de unidades térmicas británicas (BTU).
  • IENOVA Y TC ENERGY han construido un polémico gasoducto marino que va de Texas (EU) a Tuxpan (Veracruz, México) para traer parte de ese gas, del cual se podría redireccionar una parte hacia Centroamérica.

El proyecto implica dos fases. La primera consiste en la construcción de una línea de 400 kilómetros y 20 pulgadas de diámetro que unirá el puerto de Salina Cruz, Oaxaca, con Puerto Chiapas, el cual requerirá 345 millones de dólares (mdd) de inversión.

La segunda parte de la infraestructura irá desde Puerto Chiapas  hasta el puerto de La Unión, en el Golfo de Fonseca, y tendrá ramales hacia las zonas metropolitanas y los  principales puertos del océano Pacífico de Guatemala, El Salvador y Honduras.

La obra permitirá integrar un proyecto de 940 kilómetros de ductos (715 kilómetros troncales y 225 km de ramales) que vendrán desde Estados Unidos, cuyo costo será de aproximadamente 950 mdd.

“Es un plan que se tiene con Centroamérica. Nada más hay una parte que ya está construida. El resto se tiene que hacer”, declaró Rocío Nahle, secretaria de Energía (Sener) de México, durante la presentación del proyecto, el 20 de mayo de este año.

Uno de los principales obstáculos es el terreno, debido a que abarca montaña, costa y sierra: “La orografía es complicada, hay muchos ríos, escurrimientos, pero también se pueden solventar. El proyecto se puede hacer”, dice Figueroa Gutiérrez.

Otro problema son los derechos de vía y el respeto a la población cercana. En este sentido, el especialista puntualiza que las autoridades deben ocuparse en atender a las comunidades y comunicar los beneficios para que aprueben un proyecto de esta magnitud.

México aún se encuentra en un periodo de revisión para establecer quién construiría la infraestructura, incluyendo al sector privado, mientras establece puntos de acuerdo con sus pares centroamericanos. Pero aún no hay un plan detallado sobre cómo y cuándo arrancará la construcción.

* En alianza con Forbes México y Centroamérica.

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