De acuerdo con esas reglas, los vendedores de libros electrónicos, aplicaciones para el móvil, música, vídeos y otros bienes digitales deben registrarse y abonar el impuesto correspondiente donde tiene su residencia el consumidor.
España, EEUU, Reino Unido y Francia figuran entre 14 países miembros de la OCDE que necesitan un ajuste fiscal superior al 4.5 % de su producto interior bruto (PIB), según las conclusiones de un estudio sobre el estado de las finanzas públicas.
Italia, Japón, Bélgica, Canadá, Finlandia, Grecia, Hungría, Austria, Portugal y Eslovenia completan ese grupo de Estados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que precisan un fuerte ajuste, sobre todo tras el deterioro causado por la crisis.
España, Reino Unido y Portugal son los únicos de esos 14 países que tienen planeada una consolidación fiscal superior al 3 % del PIB, pero inferior al 4.5 %, y por tanto insuficiente.
También establecen el mecanismo para garantizar que las autoridades fiscales puedan llevar a cabo la recaudación efectiva del IVA para proteger así sus ingresos.
Se trata, además de garantizar esa colecta, de acabar con las diferencias en el tratamiento impositivo entre los proveedores locales y los extranjeros, señaló Rintaro Tamaki, secretario general adjunto de la OCDE.
Tamaki consideró “muy alentador” que todas las jurisdicciones implicadas implementen las reglas y los mecanismos del dispositivo o hayan manifestado su intención de hacerlo, y esperan que eso “contribuirá con ingresos considerables a los presupuestos gubernamentales”.
Estas decisiones tienen un significado importante a la vista de la rápida evolución de las transacciones internacionales en el comercio electrónico con particulares.
En 2014 representaron 1.4 billones de dólares, un 20 % más que en 2013, y para 2018 se estima que la cifra llegue a 2.4 billones de dólares, según la OCDE.