La Policía Federal (PF) destapó el viernes último un esquema en el que inspectores sanitarios supuestamente recibían sobornos de los frigoríficos para autorizar la venta de alimentos no aptos para el consumo.
Además
Más de 30 personas fueron detenidas hasta el momento, tres frigoríficos fueron clausurados temporalmente y 21 se hallan bajo investigación. Entre los sospechosos figuran empresas como JBS, BFR y Peccin, pesos pesados del país, primer exportador mundial de carne bovina y avícola.
“La manera como se dio la noticia pudo haber creado una preocupación muy grande, tanto en países que importan nuestra carne como en consumidores brasileños” , admitió Temer, que previamente se había reunido con ministros y responsables gubernamentales de las áreas concernidas y con representantes de los frigoríficos.
“Es importante destacar que, de 11 mil empleados, solo se investiga a 33 y que, de las 4 mil 837 unidades sujetas a inspecciones, apenas hay 21 presuntamente implicadas en eventuales irregularidades. Y de esas 21, solo seis realizaron exportaciones en los últimos 60 días” , expuso.
Para tratar de despejar las amenazas sobre el sector, Temer anunció que el gobierno ordenó “acelerar las auditorías de los establecimientos citados en la investigación de la Policía Federal” .