De 10 mil 254 elementos que hay a nivel nacional entre estas dos instituciones, según datos de los Bomberos Voluntarios, hasta el momento han reportado el contagio de 153 elementos, de los cuales ocho han fallecido. En cuanto a los Bomberos Municipales Departamentales, los contagios son 39 con 9 fallecidos.
Aunque el número de elementos contagiados representan el 19 por ciento, los bomberos se enfrentan a diferentes riesgos al momento de atender una emergencia por coronavirus, una de ellas son las llamadas de emergencias “falsas” que realizan familias como recurso para lograr que los bomberos atiendan un llamado de auxilio.
“Los bomberos no podemos hacer traslados de pacientes infectados sin la autorización previa del Ministerio de Salud”, explica el jefe operativo de los BV, Édgar Sáenz.
Según explica Sáenz, los protocolos del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) indican que si una persona cree tener síntomas o necesita asistencia al dar positivo a este virus, debe llamar al 1517 y 1540 para que ellos coordinen al personal que verificará si la persona enferma necesita ser trasladad a un hospital. De ser así, ellos llamarán a los bomberos para que realicen el servicio.
En el caso de los BV de la ciudad de Guatemala, tienen seis unidades y cinco compañías asignadas para atender este tipo de emergencias que son la Estación Central y las compañías 4, 69, 78 y 100.
Sin embargo, esto no lo sabe la población que decide acudir en primera instancia a los números de emergencia habituales como el 123 y el 122.
“La percepción de la gente es que no los queremos llevar al hospital, el problema es que no podemos y qué hacemos nosotros si los llevamos al hospital y no nos lo quieren recibir, tenemos que regresarlos a su casa”, explicó Sáenz.
Pero esta misma situación ha obligado a muchas personas a llamar por algún hecho de violencia, trabajo de parto o accidente para lograr que los bomberos lleguen a su domicilio.
“Si se ha dado en varias estaciones que llaman por un servicio por maternidad o una persona herida, el personal siempre va con su protección y al hacerle la evaluación es por covid-19, la gente tiene miedo o piensa que no se les va a atender pero el personal está obligado a atender”, dice por su parte Mario Upúm de los BMD.
Seguín Luis Quintanilla quien trabaja para el departamento de seguridad y prevención de los Voluntarios, el nivel de riesgo de un bombero durante la pandemia se mantiene en 7, pero cuando no les dan bien la información al momento de la llamada de auxilio, el riesgo aumenta a 9 o 10.
Quintanilla, quien dio positivo a covid-19 en agosto, explica el 40 por ciento de los bomberos que resultan infectados, lo hacen tras atender una emergencia de este tipo.
“Cuando fui a una compañía de la zona 18 a fumigar la estación, dos compañeros que estaban de turno dieron positivo tras una emergencia, a los dos días me tuve que hacer la prueba y salí positivo también”, mencionó.
Aunque los elementos trabajan con equipo de protección como guantes, mascarillas y lentes, son más susceptibles al contagio al momento de quitarse el traje que cuando hacen un traslado, por eso deben cumplir un protocolo estricto al momento de regresar de una emergencia.
Aún así, no están exentos a contagios y muchos de los que han fallecido han sido porque tienen una enfermedad previa que les complica su cuadro clínico.
Como el caso del bombero Emilio Nájera, quien falleció el 31 de julio pasado. “Él tenía una complicación pulmonar provocada también por tantos años de servicio atendiendo incendios”, contó Quintanilla.
Disminución de llamadas
Las llamadas de emergencia por covid-19 han disminuido significativamente en los últimos meses. Los meses más críticos fueron de marzo a junio, cuando el 80 por ciento de las llamadas se trataba por este tipo de emergencias.
“Hasta malo de los nervios terminaba uno, toda la gente llamaba por covid-19, al inicio fue como una bomba, si la gente sentía síntomas de gripe rápido pensaban que era covid-19” dijo por su parte Byron Juárez quien trabaja atendiendo llamadas.
A decir de Quintanilla, la disminución de llamadas se debe a dos razones: la primera es porque la gente conoce más el virus y están menos paranoica y la segunda es porque muchos se están tratando en casa y no necesitan un traslado.
Aunque los servicios de emergencia siguen en alerta debido al aumento de movilización de la población y al relajamiento que han demostrado en las últimas semanas.