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El drama de los guatemaltecos que no pueden regresar al país

En EE. UU., la desesperación y angustia se apodera de los connacionales que llevan meses en ese país y muchos se han quedado sin dinero para sobrevivir.

El tráfico aéreo hacia Guatemala continúa suspendido, a excepción de algunos vuelos con deportaos. En la imagen la entrada al aeropuerto La Aurora. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El tráfico aéreo hacia Guatemala continúa suspendido, a excepción de algunos vuelos con deportaos. En la imagen la entrada al aeropuerto La Aurora. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Por turismo, negocios o visita familiar, decenas, quizás cientos, de guatemaltecos que viajaron a EE. UU. se han quedado varados ante la imposibilidad de volar de vuelta a su país por la paralización del tráfico aéreo; sus esperanzas se ven reducidas al mínimo luego de que autoridades anunciaron que por medidas de contención del coronavirus todos los vuelos seguirán suspendidos.

“Constitucionalmente no podemos negar el ingreso de los guatemaltecos al territorio nacional, pero de momento las disposiciones vigentes limitan las comunicaciones aéreas”, respondió la oficina de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) en una comunicación con Prensa Libre.

Al mismo tiempo de señalar que la medida obedece a un “tema de seguridad nacional en el marco de la pandemia”, la institución destacó que no es su competencia autorizar vuelos de cualquier clase y que “el cierre de comunicaciones aéreas fue una medida adoptada a nivel mundial para evitar contagios provenientes de otros países y Guatemala no ha sido la excepción”.

Ahora, muchos guatemaltecos en EE. UU. -a donde viaja la mayoría- se preguntan ¿Cuánto tiempo más tendrán que estar en aquel país? ¿Pero sobre todo de donde pueden obtener los medios para subsistir?

Los menos desafortunados se encuentran con familiares o amigos que se han hecho de la responsabilidad de proporcionarles lo mínimo para vivir: un techo y comida. Otros, han tenido que endeudarse a través de sus tarjetas de crédito o bien sea al prestar dinero a sus conocidos en EE. UU. o en Guatemala.

Por el momento no se prevé la reactivación de los vuelos en Guatemala. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Para su mala fortuna el país apenas comienza con la etapa de mitigación y se espera el pico de la enfermedad para las primeras dos semanas de junio, lo cual significa que aún pasará bastante tiempo antes de que se abran las fronteras y consecuentemente se reanuden los vuelos.

Aunque no existe un número, ni siquiera estimado, de cuántos guatemaltecos se encuentran en esa situación tan solo en un grupo de Facebook de guatemaltecos varados en la ciudad californiana de Los Ángeles, hay más de 200 integrantes.

Historias

Verónica González se encuentra en EE. UU. desde febrero pasado cuando fue a visitar a una amiga. Su intención era regresar en la segunda quincena de marzo, pero ya no pudo hacerlo por la emergencia.

Desde entonces ya compró otros dos boletos de avión para regresar, primero en mayo y luego para volar en junio, pero se los han tenido que cancelar porque la emergencia en Guatemala continúa.

Estando en EE. UU. tuvo que recibir la terrible noticia del fallecimiento de su madre que ocurrió el 9 de mayo. Aunque ha pensado regresar a Guatemala vía Tapachula, México, dice que los boletos aéreos están muy caros, más de US$700, mientras que retornar desde Los Ángeles le costaba US$269 y a estas alturas de su estancia en aquel país dice que “el dinero se me está terminando”.

Muchas personas han tenido que pagar elevadas sumas de dinero para regresar a Guatemala. Sin embargo, otras que no cuentan con suficientes recursos y empujadas por la desesperación y necesidad, han decidido regresar por tierra.

Estados Unidos sí ha efectuado vuelos humanitarios hacia su país. En la imagen un grupo de turistas de ese país ingresa al Aeropuerto La Aurora para partir de regreso a su país. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

¿Regreso ilegal?

Algunos de los guatemaltecos aseguran que, en un irónico giro de la migración, hay personas que les ofrecen llevarlos hasta la frontera con Guatemala e internarlos por puntos ciegos.

La familia de María Ofelia Santizo es un ejemplo de ello.

Viajó a Los Ángeles a inicios de febrero con su madre de 78 años y sus tres hijos de 13, 11 y 10 años. El viaje era un sueño que con el pasar de los días se transformó en pesadilla.

La idea original era estar por allá 20 días, pero el cierre del aeropuerto los tomó por sorpresa. Lo que más le preocupaba y quitaba el sueño a Maria Ofelia era las medicinas de su mamá, quién es hipertensa y diabética. En una medida de emergencia decidió que tomaría sus medicamentos un día sí y un día no, con la esperanza de que la situación se arreglara.

En un giro irónico de la migración, guatemaltecos han tenido que cruzar de vuelta el río Suchiate por puntos ciegos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Pero después de 60 días en EE. UU. y “sin el apoyo de ninguna autoridad” decidió que era hora de volver por sus propios medios a Guatemala cuando su madre en medio de la desesperación y lágrimas le dijo: “Mirá qué hacés pero yo me quiero ir a morir a mi país”.

Fue así como decidió con su familia cruzar de San Diego a Tijuana, si bien es cierto cruzaron la aduana, esta estaba cerrada y ninguna autoridad mexicana les selló su pasaporte. Luego de acá tomaron un vuelo para Ciudad de México en cuyo aeropuerto debieron dormir para al día siguiente partir a Tapachula.

La odisea no terminó ahí puesto que debió trasladarse en taxi a Ciudad Hidalgo para cruzar a Guatemala. Allí la Policía de México pretendía dejarlos en cuarentena y les reclamaba el que no le habían sellado el pasaporte en Tijuana.

médica guatemalteca que lleva más de dos meses en EE. UU.

Después de haber pagado US$100 a los policías mexicanos por fin llegó el momento de cruzar la frontera, pero para su sorpresa en Guatemala no los dejaban entrar porque México no les había sellado el pasaporte de salida.

De esa forma fue como alguien les dijo que por US$100 los podía llevar a un punto ciego y cruzar el río Suchiate en balsa.

Ya al estar en su casa, desde hace ocho días, María Ofelia y su familia decidieron reportarse a las autoridades de Salud, les explicaron su caso y hacen cuarentena; sin embargo, si no lo hubieran querido hacer, simplemente no se reportan y si alguien de ellos hubiera estado contagiado con coronavirus nadie se habría enterado.

Este hecho abre de nuevo la interrogante de qué tan fácil es internarse por puntos ciegos para evadir los controles sanitarios, según los guatemaltecos varados en EE. UU., quienes al mismo tiempo cuestionan si por los mismos motivos no es más fácil gestionar un vuelo humanitario que los mismos connacionales varados están dispuestos a pagar.

Pero el Minex descarta esa medida también por lo costoso.

México no cerró el tráfico aéreo. En la imagen el aeropuerto de Tapachula, Chiapas, ciudad fronteriza con Guatemala donde muchos connacionales intentan llegar. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El programa “Los queremos en casa” que a inicios de la pandemia en Guatemala anunció perdió vigencia con las nuevas medidas de emergencia lo que significa que cada connacional en el exterior deberá esperar a que se reanuden los vuelos e ingeniárselas para sobrevivir. La otra alternativa es llegar a Tapachula y ahí ingresar a Guatemala.

Como parte de ese programa, el Minex efectuó varios vuelos humanitarios, pero de otras latitudes y se ha trajo gente de vuelta desde países como Perú y Costa Rica, por ejemplo.

Poco apoyo

Los guatemaltecos en EE. UU. se lamentan de que, no solo, no han sido auxiliados para volver a su país, sino que tampoco han recibido el apoyo de autoridades consulares para gestionar una receta de medicamentos.

Guatemalteca varada en EE. UU.

Añaden que muchos que se quedaron sin recursos ya no pueden estar en las casas de familiares o amigos en donde estaban hospedados puesto que estos se han quedado sin trabajo por la crisis en EE. UU. y no tienen a donde ir.

El Minex garantizó “los consulados, tanto en Estados Unidos como en México, han dado el acompañamiento consular respectivo a quienes lo han solicitado”.

El cónsul designado en Los Ángeles, Tekandi Paniagua, asegura que han tratado de atender las necesidades de los guatemaltecos en cuanto a su salud, y han remitido a varios a clínicas comunitarias donde les dan consultas y medicinas a bajo costo; sin embargo, hay casos en los que los medicamentos son muy especiales y no se pueden conseguir.

Paniagua comentó que también han gestionado alimentos para gente que se quedó sin recursos y que está a punto de quedarse en la calle, aunque reconoce que sus acciones son limitadas.

“La gente está empezando a tener problemas, nosotros hemos hecho lo que hemos podido”, indicó el funcionario.

Los vuelos que al parecer si no se detienen son lo que traer deportados, el pasado 22 de mayo arribó el más reciente. (Foto: Hemeroteca PL)

“Todos los países mandaron a traer a sus connacionales y a nosotros nos dejaron solos. Nos dieron la idea de que todo estaba listo, de que solo faltaba la firma del presidente, pero nunca existió esa gestión. Para más en México, no nos cerró las puertas”, se lamentó Santizo.

“Fue horrible”

Angélica Sipaque es otra de las personas que ha vivido una pesadilla en EE. UU. Se encuentra en ese país desde el 21 de febrero.

Narra cómo viajó a Denver, Colorado, pero que una semana después de que se decretara la emergencia en Guatemala la familia con la que ella estaba hospedada se quedó sin trabajo. “Cada día era muy triste, fueron horribles”, cuenta.

“Yo me sentía muy incómoda, insegura y estresada. Yo me pasaba llorando”, agrega la guatemalteca, quien cuenta que encontró consuelo cuando una de sus amigas que estaba en la misma situación la llevó con otra familia a Nebraska que no ha dejado de trabajar puesto que laboran en una industria alimenticia.

Al igual que el resto de los connacionales, Angélica señala que, aparte de palabra de apoyo no halló ayuda en los consulados de Guatemala en EE. UU.

“Todo esto me afectó bastante, económica y sentimentalmente. Estamos dispuesto a someternos los hisopoados y a la cuarentena y todos los procedimientos, pero necesitamos estar en nuestra casa”, imploró otra guatemalteca, que es médica y que lleva más de dos meses en EE. UU.

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