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Autopista Palín-Escuintla: Expertos identifican 4 riesgos y sugieren evaluaciones

Aunque se reanudó el tránsito en la autopista Palín-Escuintla, dos expertos advierten que persisten riesgos en el tramo afectado. Recomiendan realizar pruebas exhaustivas para garantizar su estabilidad, especialmente ante la amenaza de lluvias.

Las reparaciones en el kilómetro 44 de la ruta Palín-Escuintla continúan desde junio pasado, cuando un hundimiento afecta el paso de esta vía desde entonces. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

Las aberturas en los taludes de la carretera podrían agravar los deslizamientos de tierra durante las lluvias intensas, según expertos. (Foto Prensa Libre: Óscar Vásquez)

El Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) rehabilitó el tramo afectado por un hundimiento en el kilómetro 44 de la autopista Palín - Escuintla, el cual funciona para vehículos livianos.

Luego de la reapertura, el CIV no ha proporcionado detalles específicos sobre las pruebas de ingeniería que se realizaron para garantizar la estabilidad del área afectada.

El ingeniero Alejandro Maldonado, exsecretario de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) enfatizó la importancia de haber realizado pruebas exhaustivas de carga y geotécnicas para el tránsito seguro por la zona.

Según Maldonado, estas pruebas son esenciales para asegurar que la estructura pueda soportar el peso de los vehículos y para evitar futuros colapsos, especialmente en temporada de lluvias.

“Antes de tomar la decisión de reabrir el paso para los vehículos, es crucial realizar una serie de pruebas de ingenierías que son bastante rigurosas. Se deben de realizar para garantizar la seguridad de los usuarios y obviamente proteger la inversión y evitar futuros colapsos”, dijo Maldonado.

El CIV informó que el paso fue reabierto inicialmente para una prueba de circulación, pero no aclaró si se realizaron las pruebas que recomiendan los expertos y que son parte de normativas internacionales.

Se consultó a la cartera sobre las evaluaciones para garantizar que el trabajo realizado cumple con los estándares de seguridad, pero al cierre de esta nota no se obtuvo respuesta al requerimiento de la información.

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La Conred confirmó después de una visita de campo de sus delegados en la autopista Palín-Escuintla presentaba surcos y escorrentía en los taludes, en ambos costados del carril. (Foto Prensa Libre: Conred)

La transparencia sobre el proceso de reparación del tramo, según Maldonado, es importante para los usuarios de la carretera, quienes dependen de esta vía para el transporte diario, especialmente en el caso del transporte comercial.

"Sin conocer los detalles de las pruebas realizadas, es difícil asegurar que la carretera sea completamente segura para su uso", señaló Maldonado. "Es crucial que se publique un informe detallado sobre las evaluaciones realizadas”, añadió.

Dulce Chacón, ingeniera e investigadora del Centro de Procesos Industriales del Instituto de Investigaciones de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG), tras observar las condiciones del tramo, expresó su preocupación por los riesgos que persisten debido a la erosión y deformación en el área afectada.

Basados en su experiencia, tanto Maldonado como Chacón advierten que la erosión y la falta de medidas correctivas en los taludes de la carretera aumentan significativamente el riesgo de derrumbes.

A continuación, se enumeran los principales riesgos que han identificado:

1. Erosión continúa y riesgo de derrumbe en taludes

  • La ingeniera Dulce Chacón señaló que las aberturas en las orillas del camino representan puntos críticos de debilidad, con alta probabilidad de derrumbe debido al constante lavado por la lluvia.
  • Maldonado también observó que los taludes siguen siendo inestables, lo que aumenta el riesgo de deslizamientos en un futuro cercano.

2. Formación de grietas

  • Chacón destacó que el agua que fluye a través de las aberturas en el camino puede agravar las grietas existentes y provocar deformaciones significativas, comprometiendo la estabilidad del terraplén —la estructura de tierra elevada que sostiene la carretera—.
  • Maldonado coincidió en que la erosión del suelo por el agua podría llevar a la aparición de nuevas grietas, afectando la integridad estructural del camino.

3. Falta de pruebas específicas

  • Maldonado subrayó la ausencia de detalles sobre las pruebas realizadas por el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), lo que deja incertidumbre sobre si el tramo es verdaderamente seguro para el tránsito.
  • Chacón recomendó la realización de pruebas adicionales, como tamizados y pruebas de estabilidad de suelos, para evaluar con mayor precisión la condición del terreno.

4. Esparcimiento de partículas

  • Chacón advirtió sobre la migración de finos, partículas muy pequeñas de suelo o material granular, que podría desencadenar un colapso del terreno si no se detecta a tiempo. Propuso el uso de instrumentación especializada para monitorear este fenómeno.
  • Maldonado también mencionó el riesgo de que la migración de finos, combinada con las lluvias, desestabilice aún más el terraplén.

Ambos expertos coinciden en que las medidas adoptadas hasta ahora, como el camino improvisado, son soluciones temporales que no abordan de manera efectiva los riesgos que puedan darse a largo plazo.

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Sugieren estudios exhaustivos

De la misma manera, los expertos ven la necesidad de realizar estudios más detallados.

Maldonado sugiere la realización de análisis geotécnicos profundos, que incluyan pruebas de compactación del suelo y resistencia de los materiales utilizados en la reparación del tramo.

Además, considera importante una evaluación de la cohesión del terraplén, la tierra elevada que sostiene la carretera. Esta prueba tiene como fin identificar debilidades estructurales que puedan comprometer la seguridad del paso.

También menciona la importancia de pruebas de infiltración para entender mejor cómo las lluvias podrían afectar la estabilidad del terreno.

Chacón, por su parte, propone realizar pruebas específicas que consideren las condiciones húmedas de la región, como tamizados en húmedo y seco para evaluar la granulometría del suelo, así como pruebas de rompimiento por inmersión en agua para medir la durabilidad de los materiales.

Asimismo, considera que son necesarias las evaluaciones de dispersión ultrasónica para detectar posibles fracturas internas en el terreno.

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Vista desde la parte bajo a un costado del tramo reparado en el kilómetro 44 de la autopista Palín-Escuintla donde delegados de la Coordinadora Nacional Para la Reducción de Desastres (Conred) hicieron una vista de campo el 11 de agosto de 2024. (Foto Prensa Libre: Conred)

La ingeniera resaltó la importancia de implementar un monitoreo continuo mediante instrumentación especializada, para detectar la migración de finos —partículas muy pequeñas del suelo— que, de no controlarse, podrían desestabilizar aún más el terraplén.

Chacón sugirió usar mantos de erosión para estabilizar temporalmente el terreno y protegerlo mientras se realizan reparaciones.

En segundo lugar, propuso una solución más duradera que incluya la construcción de una estructura tipo "puente", el cual permitiría el paso del agua y estaría previniendo problemas similares en el futuro, ante los riesgos de erosión y colapso.

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ESCRITO POR:

Sandy Pineda

Periodista de Prensa Libre especializada en política y temas sociales con 7 años de experiencia. Parte del programa International Women's Media Foundation (IWMF) en 2019, y del proyecto Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP) 2023.