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La lucha contra la desnutrición es una deuda que el nuevo gobierno deberá solventar

Analistas en el tema coinciden en que el próximo gobierno deberá evidenciar la suficiente voluntad política para comenzar a revertir un problema histórico.

Uno de cada dos niños padece desnutrición crónica en Guatemala.  (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Uno de cada dos niños padece desnutrición crónica en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

También desnutrición aguda

El combate a la desnutrición aguda también parece haberse estancado, prueba de ello es el número de casos que reporta el Ministerio de Salud.

Hasta el 9 de noviembre pasado se reportaban 13 mil 979 casos, número muy superior al del 2018, cuando a la misma semana epidemiológica se reportaban 11 mil 631 casos, e incluso más que en el 2017 cuando hubo 11 mil 768, en el mismo periodo.

En total, durante la actual administración el Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional ha registrado 52 mil 314 casos de desnutrición aguda de los cuales han fallecido 503 menores.

Retos

Francia Tercero, investigadora socioeconómica de la PDH, indicó que el próximo gobierno tiene la oportunidad de proponer un abordaje integral de la desnutrición, lo que implica no sólo priorizar las acciones relativas a la Ventana de los Mil Días, sino acciones que resuelvan las causas estructurales de la desnutrición, como la pobreza y la desigualdad.

En cuanto a la desnutrición aguda, otro de los restos, añadió Tercero, es garantizar el funcionamiento de los programas que garanticen el acceso a alimentos.

La investigadora precisó que el aumento de casos de este tipo de desnutrición es síntoma de que las familias no tienen disponibilidad y acceso a alimentos, lo cual denota “la ineficiencia” de los programas de agricultura familiar y sociales de los ministerios de Agricultura y de Desarrollo Social.

En cuanto a las repercusiones de que un niño padezca desnutrición, la investigadora de la PDH, indicó que son “graves”.

“En el caso de la desnutrición aguda el peligro es de muerte, mientras que la crónica provoca un retraso del crecimiento y el desarrollo infantil, lo cual limita los procesos de aprendizaje y con ello sus oportunidades de vida y perpetua un ciclo de pobreza y desnutrición”, subrayó Tercero.

Adiós a la Sesán

El presidente electo, Alejandro Giammattei reconoció en septiembre de 2019 que la lucha contra la desnutrición se está perdiendo y, ante ello, anunció el cierre de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán), la entidad encargada de la coordinación multiministerial para combatir el problema.

“Sesán es una simple controladora de los índices y no toma acciones, vamos a tomar acciones”, afirmó el mandatario electo al anunciar el cierre.

Giammattei ha dicho, luego de ganar la presidencia, que será por medio del Ministerio de Salud que se concentrarán todos los esfuerzos del combate a la desnutrición.  “Diecisiete programas miran desnutrición en Guatemala y los vamos a replantear todas”, afirmó.

El trabajo de reducir la desnutrición crónica quedará en manos de Hugo Monroy, ministro designado para Salud, quien a Prensa Libre dijo en septiembre pasado que con las nuevas autoridades se tomará la rectoría de la salud pública, “algo que durante muchos años no se ha hecho”.

Monroy explicó que se buscaban acercamientos con organizaciones internacionales y la iniciativa privada para coordinar esfuerzos y combatir la desnutrición crónica. También reconoció que el fracaso en la atención de la desnutrición crónica se debe a que no ha habido coordinación y que “cada uno va por su lado, sin coordinarse”.

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