Guatemala

“Nuevos perfiles criminales agravan situación en cárceles del país”

Entrevista con Corinne Dedik, especialista en Sistema Penitenciario y Ejecución de Condenas y Privación de Libertad, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien).

Según la especialista del Cien, el hacinamiento en cárceles es tal que más de tres reos ocupan el espacio que debería ocupar uno solo. (Foto: Hemeroteca PL)

Según la especialista del Cien, el hacinamiento en cárceles es tal que más de tres reos ocupan el espacio que debería ocupar uno solo. (Foto: Hemeroteca PL)

“No pueden seguir ocurriendo matanzas como la de Pavoncito, que suceden entre cuatro y cinco al año, por lo que las autoridades deben tomar medidas a corto plazo que permitan retomar el control de los centros carcelarios”, dice la  investigadora, quien considera que se debe construir una cárcel de alta seguridad para recluir a los que continúan delinquiendo desde las cárceles, para evitar que tengan contacto con las visitas y el personal.


“Al sacar a este pequeño grupo problemático y recluirlo en un centro especial, la situación de las otras cárceles mejoraría porque la gran mayoría de la población reclusa no es problemática”, afirma.

¿Por qué la crisis del Sistema Penitenciario es permanente?

Es una institución a la cual no se le ha puesto atención, pero su mayor crisis comenzó a partir del 2008, cuando principió un aumento acelerado de la población reclusa, lo que vino a causar diferentes problemas y sus consecuencias las estamos sufriendo ahora. No se atendieron a tiempo y se complicó con el cambio de perfil de la población reclusa.

Hace unos 20 o 30 años no había recluidos pandilleros, que si bien es un grupo minoritario, por su naturaleza y dinámica, es un grupo muy problemático para el sistema carcelario. Las instalaciones no tienen las suficientes medidas de seguridad y el personal no está capacitado para tratar con ese tipo de reclusos.

¿Qué otro tipo de perfiles nuevos hay?

Tampoco estaban los del crimen organizado y el narcotráfico, que es gente que tiene mucho poder económico, que sigue atendiendo sus negocios desde las cárceles y por eso mismo compran favores. Algo más reciente es el de los exfuncionarios, cuyo problema es cómo se garantiza su seguridad e integridad física.

También aumentó el número de mujeres ligadas especialmente al delito de extorsión, que es el más frecuente.

A todo esto hay que agregar el tema de la tecnología, porque hace unos 20 años no había celulares en las cárceles con la magnitud que lo vemos ahora. Esto vino a complicar el manejo y la logística en el control del Sistema Penitenciario, porque permite que de ahí se ejecuten las extorsiones.

¿Qué es lo que provoca el aumento de reos?

Cuando uno ve las estadísticas se da cuenta de que el crecimiento de la población reclusa es mucho mayor que los años anteriores. A partir del 2008 se observa, aproximadamente, un aumento del 12 por ciento, mientras que antes era mucho más estable. Esto vino a agravar el hacinamiento porque la tasa de ocupación llegó a 350 por ciento y eso significa que, en promedio, por un espacio disponible hay 3.5 personas compartiéndolo, pero en algunos centros eso se hace más grave pues puede elevarse hasta de siete personas por un espacio disponible. 

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En esas condiciones se vuelve muy complicado, tanto para las personas privadas de libertad como para la institución, ejercer el control y toda la logística.

¿A qué se debe el repunte de aumento de reos?

No se sabe con exactitud, pero sí se puede observar que a partir de estos años ha habido una mejora en el tema de persecución penal. Se crearon leyes que dan herramientas adicionales, como en el tema de las investigaciones para las extorsiones, lo cual mejoró las capacidades de la persecución penal de la PNC, pero no se invirtió en lo que es Organismo Judicial (OJ) y el Sistema Penitenciario, lo que hizo colapsar estas instituciones.

Tanto el OJ como el Sistema Penitenciario recibieron más casos de los que pueden manejar y hay mucha gente en prisión preventiva. También hay una tendencia de alargar o hacer más largo las condenas, eso considero que son algunos de los factores que influenciaron.

¿Cuáles eran los perfiles de los reos en el siglo pasado?

Eran variados, pero lo que más había era delincuencia común y por eso las prisiones se manejaban con mayor tranquilidad, ahora la gente está vinculada con bandas criminales, una pandilla o un grupo de crimen organizado, quienes a pesar de que están recluidos en la cárcel no rompen el vínculo que tiene con su banda criminal, por el descontrol de las visitas y las encomiendas, pero también por el tema de la tecnología, que hoy permite conectividad con el mundo de afuera. Eso es un factor que se debe tomar muy en cuenta, porque ha venido a cambiar las dinámicas del ambiente penitenciario.

¿Existe una separación adecuada de los perfiles o están mezclados?

Hay una separación, pero no es suficiente, no es adecuada. Por la misma sobrepoblación y escasez de espacio es complicado mantener a la población reclusa debidamente separada. Actualmente el sistema penitenciario, prácticamente, solo separa a la población que pertenece a las pandillas, pues cada una es recluida en diferentes centros carcelarios.

Están separados los exfuncionarios por el tema de la integridad física y, hasta cierto punto, las personas que van a ser extraditadas, muchas ligadas al narcotráfico. Aparte de esas tres categorías no hay una mayor separación.


En la zona 18 hay un Preventivo para delitos menores, sin embargo, hoy en día se encuentra una mezcla de perfiles que ya no obedecen a solo delitos menores, por el tema del espacio y del desorden que hay, pues en donde encuentran espacio ahí se recluye gente.

En el tema de la etapa judicial como de preventivo y condenado más o menos se trata de mantener ordenado, pero pocos son los centros que realmente tienen únicamente en prisión preventiva o únicamente personas condenadas, pero se trata de respetar en lo que se puede.

¿Cuáles son las causas que provocan tantas pugnas?

Cada centro carcelario tiene su propia dinámica interna, lo cual depende prácticamente de la población que hay y quienes son los líderes. Cada centro es distinto, un mundo interno, con sus reglas y funcionamiento propio. Lo que pasa muchas veces es que como la autoridad no tiene presencia en los centros carcelarios el vacío de autoridad y de control lo llena algún privado de libertad o un grupo de reos. 

Adentro pasa lo mismo que afuera, donde las personas tienen amigos, se llevan mejor con unos que con otros, entonces surge el tema de la autoprotección que une a ciertos bandos.

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Y cuando hay muchas personas conviviendo en un espacio reducido donde hay escasez de servicios y malas condiciones obviamente se pelean por una gran gama de razones; por ejemplo, desacuerdo con algo que quiere imponer otro, se roban entre ellos, se extorsionan entre ellos, hasta cuestiones más grandes como alguien que quiere imponer sus negocios, el ingreso de visitas.

¿Cómo se agrupan?

Hay grupos por afinidad, negocios en común o el caso de las pandillas, que se identifican con la misma mara, y cuando no se logra una convivencia ordenada con las reglas pues entonces se generan peleas. Y como el mundo es muy rudo se pelean por todo, pero básicamente es porque la autoridad no tiene una presencia fuerte en las instituciones, entonces esa ausencia la agarra alguien más.

¿Significa que las autoridades han renunciado a gobernar en los penales?

Depende un poco de las diferentes administraciones, se han visto diferentes estrategias para dirigir esa institución, pero sí se ha vuelto un tema muy complicado y entre más se espera en reformar los centros carcelarios más complicado se va a volver, porque nadie puede entrar a un centro carcelario que durante 10 a��os se ha manejado de acuerdo con las reglas de un privado de libertad y darle vuelta de un día para otro.

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Entonces, mientras más se espera en la reforma penitenciaria más complicado se vuelve retomar el control del sistema penitenciario.

¿Prácticamente existe un autogobierno?

Hasta cierto punto sí; donde no hay presencia de la autoridad alguien más impone las reglas, eso sucede en todos lados. Siempre surgen liderazgos y en este caso hay personas que tienen mucho entre los privados de libertad pues ellos ponen sus reglas y empiezan a manejar el centro.

¿Qué es lo que causa las trifulcas?

El ingreso de ilícitos como las drogas, el alcohol, que es muy recurrente, la prostitución, extorsiones entre ellos mismos, las talachas, en los cuales se mueve mucho dinero.

En el caso de la prostitución hay algunas personas que organizan el ingreso, entonces es un negocio. También hay líos por los negocios de comida cuando una persona cumple su condena, pues el problema es a quién se lo hereda; lo mismo sucede con las viviendas.

¿Y cómo es que entran la armas, teléfonos y otros objetos?

En la mayoría de los casos es por complicidad con el personal del penal, quienes le cobra al privado de libertad. En las visitas a veces los registros no son suficientes o a través de una encomienda. A veces hay colas muy largas y los agentes no pueden controlar todo manualmente. 

Instalaron algunos escáneres en algunos centros para prevenir esas cosas, pero siguen ingresando ilícitos, entonces no hay otra explicación que se está involucrado el personal.

Se habla de mucha corrupción y para poderla enfrentar es necesario llevar a cabo una depuración y para eso se necesita que funcione bien la unidad de Inspectoría Interna del Sistema Penitenciario para que supervisen cómo trabaja, dónde se dan esos hechos y abrir expedientes para depurar al personal. Creo que hay defectos también de la Inteligencia y eso es parte de lo que no permite mejorar el Sistema Penitenciario.

Otro tema es que hay centros en los que no se ha nombrado oficialmente director o subdirector y están de manera interina en manos de un guardia, lo cual no es apropiado. En el último año del Partido Patriota se despidieron a todos los directores y desde ese entonces no se han logrado contratar a la suficiente cantidad de personal calificado y por eso el control es más grande.

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