Si bien la ley dice que la policía se puede apoyar de la institución castrense cuando las circunstancias lo ameriten o no se cuente con las capacidades para atender un problema, de momento ni el Mingob ni el Ministerio de la Defensa (Mindef) han explicado qué motivó la cooperación entre ambas instituciones.
No obstante, la estrategia de requerir la asistencia al Ejército para combatir la delincuencia común no es nueva. Distintos gobiernos invertido recursos para que los soldados, en conjunto con la PNC, patrullen las calles, pero a la fecha no hay evidencia que la participación de militares tenga un impacto positivo en la seguridad ciudadana, explica Francisco Jiménez, exministro de gobernación e investigador del Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible (Iepades).
“No hay estudios ni evidencia empírica. El primer impacto de un puesto de control tiene que ver con el control territorial. En los primeros días de implementación es posible que se genere una mejora en la percepción ciudadana de la seguridad, pero si se prolonga puede cambiar a una incomodidad por el tráfico que genera”, dijo Jiménez.
El experto advierte que la seguridad ciudadana es competencia de la PNC y que al Ejército solo le compete apoyar o “subsidiar” esta tarea cuando le es requerido.