El enfrentamiento se produjo a las 8.00 hora local (14.00 GMT) en el tramo carretero que une a las poblaciones de Pijijiapan y Tonalá cuando arribaron vehículos tanto del INM como de la Guardia Nacional.
En la carretera, los agentes federales se bajaron para implementar el operativo para contener a este grupo de alrededor de cuatro mil extranjeros, quienes en un primer momento corrieron al ver que, entre los funcionarios, había también un equipo antimotín.
Posteriormente, los migrantes, al ver el avance de estos grupos de choque, empezaron a lanzar piedras a las fuerzas de seguridad.
Durante unos 10 minutos, unos 50 migrantes tiraron cientos de piedras y palos a la Guardia Nacional.
El contingente de uniformados se vio superado y dejaron el enfrentamiento.
Los elementos de la Guardia Nacional subieron a sus vehículos con muchas dificultades pues fueron alcanzados con palos y piedras, resultando varios de ellos lesionados.
Alrededor de las 8.20 hora local (14.20 GMT) terminó el enfrentamiento.
Tras este operativo, la caravana de migrantes -cuyo fin es arribar a la Ciudad de México para regularizar su estancia- intentó reagruparse y proseguir su camino, temiendo además un nuevo operativo porque en el primer choque hubo al menos una treintena de detenciones, según denunciaron.
La caravana avanza en medio del dolor que ha ocasionado la muerte por disparos de la Guardia Nacional de un migrante cubano, quien viajaba en un vehículo junto con otras personas, el pasado fin de semana.
Un hecho que el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ya ha condenado.
Este grupo -que lleva más de diez días de camino- se puso en marcha luego de que en los primeros días de septiembre las autoridades mexicanas frustraran el avance de cuatro caravanas de migrantes que partieron precisamente desde Tapachula, municipio de Chiapas fronterizo con Guatemala.
Entonces, varias agencias de la ONU y ONG criticaron el uso de la fuerza en los operativos para desintegrar dichas caravanas.