Contó que a veces iba a la escuela pero que también se escapaba para vender caramelos en las calles para ayudar a su familia. “Allá en Honduras está duro”, dijo.
El 18 de octubre, cuando el grupo de migrantes llegó a la frontera de México después de su larga travesía por Guatemala, policías federales intentaron detener a los desplazados, que habían ingresado por la fuerza a México.
Entre los detenidos estaba Mario, quien impactó en las redes sociales cuando fue fotografiado llorando y aterrorizado mientras era tomado por un agente.
Según el medio Semana, citando a la cadena BBC, un agente mexicano contó cómo lo tiró al suelo, lo que le produjo un golpe en el hombro y varios raspones, aunque ya estaba afectado por los gases lacrimógenos lanzados por la policía.
Desde entonces, en varios sitios de internet muchas personas ofrecieron ayudarlo e incluso hace unas horas aún circulaba por Facebook la campaña “Dónde está Mario”, pues luego de la publicación de la imagen poco se sabía de su paradero.
Medios de comunicación dieron con el paradero de sus padres, una familia hondureña de pocos recursos, quienes había expresado su preocupación y angustia por el paradero del niño, que en varias ocasiones les había manifestado que deseaba irse a Estados Unidos, según el diario Semana.
Después de haber sido detenido, el menor había dicho que proseguiría a toda costa con su recorrido porque quería llegar a Estados Unidos para ayudar a su familia; sin embargo, se supo que fue deportado a Honduras y ayer mismo fue recibido por personal de Migración en el aeropuerto de San Pedro Sula, Honduras.
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Para la familia, el drama no terminó allí. Se supo este viernes que el menor no fue entregado a sus padres, a pesar de que que imploraron al gobierno hondureño que se los diera.
“Estoy aquí en el centro (de atención de migrates deportados) de Belén y no me lo quieren entregar. Él no es moto (huérfano)”, explicó a la agencia AFP José Mario Castellanos, su padre.
De acuerdo con esa agencia, “la primera dama, Ana García de Hernández, explicó en un comunicado que las autoridades no entregarán el niño a sus padres hasta que identifiquen las condiciones de vida de su familia y determinen qué oportunidades podrá brindarle el Gobierno para seguir adelante”.
El padre confirmó a esa agencia que su hijo se había ido a la caravana sin su permiso, pero exigió que las autoridades se lo entregaran porque él es una persona responsable con capacidad para cuidarlo.
En tanto, entre incertidumbre, la caravana migrante avanza por las cercanías del estado de Oaxaca, México, después de haber dejado Chiapas.
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