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2000: atentado a embajada guatemalteca en Belice causa tensión

Fue noticia el 29 de febrero de 2000 la tensión que provocó una explosión en las inmediaciones de la Embajada de Guatemala en el territorio de Belice.

Titular de Prensa Libre del 1 de marzo de 2000. (Foto: Hemeroteca PL)

Titular de Prensa Libre del 1 de marzo de 2000. (Foto: Hemeroteca PL)

 “Oímos una gran explosión y salimos corriendo. De repente, vimos que una gran nube de humo cubría la calle”, relató una señora que vivía a dos casas de la Embajada de Guatemala en Belice.


De esta manera describió el atentado perpetrado a eso de las 19:45 horas por varios desconocidos contra la sede diplomática guatemalteca, ubicada en la parte norte de esa capital.

Robert Leislie, secretario privado del Primer Ministro, Said Musa, dijo que “nada pasó anoche con la Embajada de Guatemala… nada más hubo una explosión de algo que estaba debajo de un automóvil en la vecindad de la embajada, y no hay daño de nada”.

Tras conocerse la noticia, Prensa Libre se trasladó a esta ciudad para recopilar algunas versiones de lo que sucedió. “Hubo una gran explosión que se escuchó en la zona aledaña a la embajada; todos salimos a la calle para ver qué pasaba”, dijo Alexander Graniel.

Otro vecino relató que varios sujetos que se conducían en un automóvil, cuyo color y modelo no pudo anotar, lanzaron un artefacto que impactó en una palmera frente a la embajada, y finalmente, estalló bajo un vehículo, reventándole las llantas.

El vehículo fue retirado horas después por la Policía, para ser sometido a investigación, se informó. “Ni la Embajada de Guatemala ni ninguna casa sufrió daño alguno, aunque sí nos llevamos un gran susto”, dijo Graniel.

Otra de las personas que vive próxima al lugar reveló que la Policía llegó de inmediato para investigar los hechos. Informó que un hijo de Mussa vive en el sector, y que dos horas más tarde del atentado todo volvió a la normalidad.

Tras inspección ocular a la sede diplomática se pudo comprobar que no hubo daños al inmueble ni cristales rotos; la paz y tranquilidad reinaban en el área a no ser por la presencia de la Policía.

Guardan silencio

Consultado al respecto, Carlos Ávila, encargado de Negocios de la Embajada de Guatemala, dijo no estar autorizado para dar declaraciones sobre el hecho. “Les pido que cualquier pregunta se la hagan a la Cancillería, en Guatemala; nosotros sólo podemos atender a la prensa beliceña”, explicó.

Empero, se pudo establecer que Ávila preparaba una encomienda para enviarla a Guatemala, en cuyo interior había fragmentos del artefacto explosivo y un informe completo de lo ocurrido.

Crispin Jefferies, oficial de la Policía, dijo que “no hubo ningún atentado, sino una explosión bajo un automóvil que estaba aparcado cerca de la embajada”. No obstante, aseguró que la investigación continúa, y destacaron unidades a la embajada, para brindar seguridad.

Respecto del artefacto utilizado, dijo que es algo que va más allá de los cohetillos que se usan en Guatemala, y aseguró que es de fabricación casera.

Mientras que en Belice reinaba la tranquilidad, según aseguró Mevin Flores, reportero del diario Amandala, en Guatemala la prensa, radio y televisión dedicaban grandes espacios a la noticia.

El atentado ocurre en un momento en que las relaciones entre Guatemala y la ex colonia británica son tensas, debido a la insistencia del Gobierno de mantener un reclamo del territorio de Belice y a la captura, el sábado anterior, de tres militares y un policía beliceños por el Ejército guatemalteco en Petén.

Pese a continuar con amigdalitis, el presidente Alfonso Portillo dejó el reposo, tras enterarse del incidente ocurrido en Belice. Al conocerse la noticia, el gobernante se comunicó vía telefónica con Mussa. Durante 10 minutos conversaron en español, idioma que domina Mussa, pues el gobernante guatemalteco no habla inglés.

Hecho aislado

Aunque lamentó el atentado contra la Embajada de Guatemala en Belice, el canciller en funciones, Rafael Salazar, calificó el suceso “como un hecho aislado”. El diplomático insistió en que Guatemala “no está en disposición de tomar alguna acción de represalia”. Por tanto, no se ordenó que los representantes guatemaltecos abandonen territorio beliceño como protesta.

Además, dijo que aunque en Belice no se acostumbra, la sede guatemalteca cuenta con seguridad en prevención de otros atentados. Salazar está a cargo de la Cancillería, debido a que el titular, Gabriel Orellana Rojas, se encontraba en Sudamérica.

El funcionario recomendó “al pueblo mantener la cordura del caso, para que no haya actos hostiles contra Belice”. Salazar remarcó que la noche de lunes los beliceños ofrecieron disculpas a nuestro país, y mostraron su preocupación por el incidente.

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