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Embargo militar a Guatemala

El 3 de  noviembre de  1977, Prensa Libre publicó la noticia sobre  el embargo militar a Guatemala, Argentina, Brasil, El Salvador, y Uruguay ordenado por Jimmy Carter, presidente de Estados Unidos.

Portada de Prensa Libre del 3/11/1977 sobre la supensión de ayuda militar. Foto: Hemeroteca PL)

Portada de Prensa Libre del 3/11/1977 sobre la supensión de ayuda militar. Foto: Hemeroteca PL)

Al firmar la ley de ayuda externa del año fiscal 1978, Carter se comprometió a utilizar el voto estadounidense en las instituciones crediticias internacionales para defender los derechos humanos.

Cinco gobiernos latinoamericanos serían privados de toda  ayuda, ya que estos  habían renunciado con anterioridad a los créditos estadounidenses para la adquisición de material bélico, acusando al gobierno norteamericano de inmiscuirse en los asuntos internos de los países.

Al expresar su preocupación por la situación de los derechos humanos en Argentina, la administración Carter redujo todos  los créditos militares al gobierno argentino, los cuales alcanzaban los US$15 millones.

El gobierno argentino rechazó esta cantidad, señalando que la administración de Carter no tenía derecho a interferir en cuestiones domésticas.

Anteriormente, el parlamento norteamericano había decidido eliminar los programas de ayuda militar y reducir la ayuda económica a los gobiernos de Chile y Uruguay, tras examinar las denuncias  que pesaban sobre  esto, pues eran constantes las  violaciones de los derechos humanos.

Los gobiernos de Brasil, El Salvador  y Guatemala renunciaron a la ayuda estadounidense después de que se publicara  un informe elaborado  por la cancillería norteamericana  sobre la situación de los derechos humanos  en estos tres  países .

En una nueva actitud de descontento por la actitud norteamericana, el gobierno brasileño informó sobre  la cancelación de los tratados de cooperación militar  entre los dos países que se remontaba a la Segunda Guerra Mundial.

Para los gobiernos de Brasil, Guatemala, El Salvador y Uruguay, la ley de ayuda externa firmada por el presidente norteamericano solo anulaba una ayuda que ya había sido rechazada  por los cuatro países.

Argentina fue uno de los países más afectados debido a la nueva ley, la cual  estipulaba la eliminación del programa de entrenamiento militar a oficiales de ese país en academias militares estadounidenses.

Un comunicado  oficial daba cuenta que  varios oficiales argentinos habían recibido entrenamiento en el pasado, en academias de guerra en la zona del Canal de Panamá y en Estados Unidos.

El programa de entrenamiento para 1978, prevía un presupuesto de US$700,000 para que fueran destinados  al  adiestramineto de 186 oficiales argentinos en diversas especialidades.

Sin embargo, el parlamento rechazó este presupuesto solicitado por el Gobierno, señalándolo de que este facilitaría  a los militares argentinos a utilizarlo para  represión interna.

La eliminación de la ayuda a militares latinoamericanos se debía a que se violaban los derechos humanos; esto fue criticado por altos oficiales militares  estadounidenses  quienes consideraron se perjudicaba la estrategia continental.
 
El presidente  de la junta interamericana  de defensa, general Gordon Summer, informó en Nueva York, que estos recortes de ayuda podían resquebrajar  la unidad estratégica y permitir que aumentara  la “amenaza comunista”  en el continente.

Varios  funcionarios del Pentágono solicitaron al comité de Estados Unidos que ejerciera influencia moderadora para que  continuara la ayuda  militar  a los regímenes latinoamericanos.

Sin embargo, según estos funcionarios, la eliminación de la ayuda estadounidense solo produciría  reacciones negativas  entre los militares  y no contribuía  a mejorar la situación  de los derechos humanos.

Expertos económicos estadounidenses también expresaron su preocupación, ante la decisión del gobierno del presidente Carter de utilizar su voto  a los organismos crediticios  internacionales para defender los derechos humanos.

Carter consigió que los parlamentarios  no incluyeran  ninguna enmienda  a la ley de ayuda  externa de 1978, por la que se hubiera obligado a los delegados norteamericanos, ante organizaciones como el Banco mundial y el Banco interamericano de desarrollo, a votar en contra de préstamos a países violadores  de los derechos más elementales del ser humano.

Todos los regímenes militares latinoamericanos, con excepción de Perú y Ecuador, fueron los más señalados de cometer  graves violaciones a los derechos humanos.

Los proyectos  de desarrollo  de esos regímenes  financiados en gran parte  con préstamos  de organizaciones crediticias  internacionales, podrían verse gravemente  afectadas  si Estados Unidos llevaba a efecto su decisión  de votar  en contra de los créditos a los gobiernos acusados  de violar los derechos humanos.

Reanudan  ayuda militar

El Gobierno norteamericano anunció en 1981 la  reanudación de la ayuda militar de Estados Unidos a Guatemala  por medio de su  portavoz del Departamento de Estado, Dean Fischer.

El propósito de la reanudación de la ayuda era para poder neutralizar la ayuda a la guerrilla guatemalteca.
El general retirado Vernon A. Walters, ex director adjunto de la CIA, en aquella ocasión visitó  Guatemala luego de que su país cortara toda  ayuda militar a Guatemala en 1977.

El presidente  Romeo Lucas García rechazó en aquella ocasión  la ayuda, tras las críticas de la Administración  Carter al Gobierno guatemalteco por las violaciones de los derechos humanos.

Entonces se percibía el  recrudecimiento de la actividad guerrillera y la represión gubernamental contra todas las formaciones políticas. A ello se sumó la persecución militar contra campesinos de Quiché, lo cual provocó el éxodo hacia México.

Entrenamiento militar  (Video: tomado de Youtube)

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