Versión oficial
Pero lo que sucedió al mediodía del viernes 22 de noviembre de 1963 en la ciudad de Dallas, Texas, al norte del país conmovió al mundo entero.
Ese día Kennedy asistiría a un mitín electoral en dicha ciudad. Al paso de la caravana presidencial se habían congregado cientos de ciudadanos quienes vivaban a Kennedy quien se transportaba en un vehículo descapotable Lincoln X-100 e iba acompañado de su esposa, Jacqueline Bouvier, el gobernador de Dallas, John Connally, su esposa, un agente del Servicio Secreto y el conductor.
La comitiva circulaba por las calles de la ciudad sureña y al entrar en la plaza Dealey a la altura de la calle Elm se escuchan tres disparos los cuales dos aciertan en la espalda de Kennedy y Connally y un tercer disparo fulminante que destrozó parte del craneo del presidente quien cayó sobre la señora Kennedy.
Lo que era una maravillosa bienvenida en el centro de Dallas se convirtió en una escena de horror indescriptible y la gente se preguntaba si su presidente sobreviviría. Una hora después del ataque la fatal noticia era confirmada, Kennedy había muerto.
Las circunstancias de la muerte de JFK como fue conocido, atribuidas indiferentemente, según las teorías que florecieron durante más de cincuenta años a la mafia, a Fidel Castro, la KGB Rusa, la CIA, dieron lugar a decenas de libros, películas, documentales y produjeron centenas de miles de páginas de documentos sin que se haya podido establecer la verdad.
Mientras el féretro del presidente era trasladado en el Air Force One, el vicepresidente Lyndon B. Johnson asumía la primera magistratura dentro de la aeronave.
Luego del asesinato se formó una comisión gubernamental llamada Comisión Warren la cual determinaría el móvil del asesinato, sus autores en base a pruebas científicas.
Dicha comisión determinó que el señor Lee Harvey Oswald, un ex marine quien había vivido en la Unión Soviética, había disparado tres veces desde el sexto piso de un edificio aledaño al lugar del crimen. Además de que no había sido una operación conspiratoria, y sin apoyo de ninguna organización o persona alguna.
Muchas personas no quedaron contentas con las conclusiones de la comisión Warren y en 1979 se formó otra comisión de un comité de la Cámara de Representantes en la cual sugería que Kennedy había sido víctima de una conspiración, aunque sin determinar quien o quienes estaban detrás de la operación, además de que Harvey Oswald no había sido el único asesino.
Silenciado
Lee Harvey Oswald fue capturado horas después del atentado contra Kennedy y se le sindicó de la muerte del presidente y de un oficial de policía al que asesinó en su huída. Durante 48 horas Harvey negó los cargos tajantemente y dijo que había sido un chivo expiatorio. En ese periodo de tiempo permaneció en la sede central de la policía de Dallas.
Sin embargo el domingo 24 de noviembre del mismo año se decide trasladar a Oswald a la cárcel del condado, pero un hecho haría dar un giro a la tragedia.
Mientras Oswald era conducido a un vehículo especial para su traslado, en el sótano de la sede policial, un hombre de sombrero quien se encontraba entre el grupo de periodistas quienes presenciaban el traslado se acercó a Oswald y le disparó hiriéndole mortalmente.
En medio del caos se pierde el rastro del atacante y horas después se revela su identidad, respondiendo al nombre de Jack Rubenstein o Jack Ruby, quien estaba vinculado a la mafia.
Último eslabón
Ruby fue procesado por el asesinato de Lee Harvey Oswald y fue declarado culpable el 14 de marzo de 1964 y condenado a la pena de muerte.
El asesino había manifestado que mató a Oswald para ahorrarle a Jackeline Kennedy la pena de declarar en un juicio frente al asesino de su esposo.
Mientras esperaba su sentencia Ruby intentó suicidarse tres veces en la cárcel. En 1966 la Corte de Apelaciones de texas anuló la sentencia de Ruby por “errores judiciales”.
Las teorías conspirativas y una misiva presuntamente por escrita por él apuntaban a que Ruby y Oswald se conocían tiempo atrás y ambos habían sido utilizadas por las élites económicas norteamericanas para evitar las reelección de Kennedy y las reformas que venía haciendo su gobierno. Ruby murió el 3 de enero de 1967 víctima de un cáncer y llevándose a la tumba la verdadera razón de su actuar contra el asesino de John F. Kennedy.
Después de 54 años, el magnicidio sigue en el misterio.