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Transporte urbano, un calvario constante para los capitalinos

Varios gobiernos han dado  millones de quetzales en subsidio al servicio colectivo desde la década de 1970.

Detalle de la portada de Prensa Libre del 8 de mayo de 1982 informando sobre la quema de buses del transporte urbano en protesta por el aumento al pasaje de Q0.05 a Q0.10. (Foto: Hemeroteca PL)

Detalle de la portada de Prensa Libre del 8 de mayo de 1982 informando sobre la quema de buses del transporte urbano en protesta por el aumento al pasaje de Q0.05 a Q0.10. (Foto: Hemeroteca PL)

El 7 de mayo de 1982 una  protesta terminó con la quema de autobuses urbanos por la autorización del aumento al pasaje.
La decisión la anunció Efraín Ríos Montt, entonces jefe de la Junta Militar de Gobierno.


El objetivo  era eliminar el subsidio a los transportistas para que así pudieran aumentar el pasaje de 5 a 10 centavos.

El dinero del subsidio sería utilizado en obras en áreas abandonadas del país. “No es justo que los capitalinos obtengan un transporte barato a costillas de los guatemaltecos que residen en el interior”, enfatizó Ríos Montt.

Los empresarios del transporte aseguraron que el aumento no alcanzaría para modernizar el servicio.

Durante varias semanas se mantuvo el pulso entre la Junta y los transportistas. La solución inmediata fue prorrogar el subsidio por seis meses más.

Parches

El subsidio al transporte surgió en 1976, según registros del Ministerio de Finanzas, cuando se desembolsaron Q3 millones 129 mil 913 que  servirían para mejorar las unidades que estaban en servicio.

Conforme pasaron los años y diferentes administraciones, se aprobaron cada vez más aumentos a los subsidios con la constante amenaza del aumento de pasaje.

En en 1996 fue autorizado el último aumento al pasaje, cuando quedó en Q1.10, tarifa que es incumplida constantemente.
En el 2011, la Asociación de Empresas de Autobuses Urbanos (AEAU) recibió más dinero por subsidio —Q456.6 millones— desde que se implementó la subvención en 1976.

A pesar de las medidas para mejorar el transporte, estas han sido insuficientes o cosméticas, debido a que el usuario afronta un constante calvario para movilizarse de un lugar a otro.

Rechazo popular 

El 24 de abril del 2000, el alcalde Fritz García-Gallont aprobó liberar el precio del pasaje urbano, con el argumento de que la comuna capitalina no tenía fondos para seguir entregando el subsidio. Ese mismo día comenzaron las revueltas contra el aumento. Los empresarios dispusieron cobrar Q1.10 al transporte convencional y Q1.50 al preferencial. Las protestas se intensificaron, y tres días después fue asesinado el periodista gráfico de Prensa Libre Roberto Martínez. Las manifestaciones dejaron 38 autobuses con daños y uno quemado.

En 1994, en un intento por aumentar el pasaje 32 autobuses fueron quemados; la mayoría, en el campus de la Universidad de San Carlos, al haberse incrementado de Q0.40 a Q0.65 el precio. En esa ocasión murió el estudiante Alioto López Sánchez, por el disparo de un policía.

Servicio fallido

En el 2007 la municipalidad capitalina implementa el servicio de buses denominado Transmetro, el cual unió en un principio las zonas 1 y 12. Desde entonces la tarifa ha sido de  Q1. Actualmente hay servicio para las zonas 6, 9, 13 y 18. 

En el 2010 el Gobierno anuncia la modernización del transporte urbano de la capital con el sistema Transurbano, el cual fue ofrecido como la solución a un problema histórico. 

En el 2018, el Transurbano es señalado como un negocio turbio entre el gobierno de Álvaro Colom Caballeros y la AEAU, ahora está  en un proceso judicial por una estafa de Q270 millones. Esto sin contar las deficiencias del servicio, unidades insuficientes y la infraestructura de las paradas parcialmente destruida.

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