La norma, sin embargo, no aboga por el castigo sino por “instituir prácticas de conducta y orientación a padres, familiares y responsables ante la identificación de víctimas y agresores”, y darles a ambos lados “asistencia psicológica, social y jurídica”.
Todo acto de violencia física o psicológica, intencional o repetitiva, que ocurre sin motivación evidente practicada por un individuo o un grupo contra una o más personas con el objetivo de intimidar o agredir, causando dolor y angustia en la víctima, en una relación de desequilibrio de poder entre las partes implicadas.
El Gobierno también destaca la importancia de diseminar campañas de educación, concienciación e información que promuevan la “empatía y el respeto a terceros en el marco de una cultura de paz y tolerancia mutua”, y ve en los medios de comunicación de masas una buena herramienta para reforzar esta medida.
El texto define la intimidación sistemática como “todo acto de violencia física o psicológica, intencional o repetitiva, que ocurre sin motivación evidente practicada por un individuo o un grupo contra una o más personas con el objetivo de intimidar o agredir, causando dolor y angustia en la víctima, en una relación de desequilibrio de poder entre las partes implicadas” .
La ley, que entrará en vigor en 90 días, regularizará el combate al bullying en los campos verbal, moral, sexual, social, psicológico, físico, material y virtual, incluyendo así el cyberbullying.