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Dimite la primera ministra británica, Liz Truss

La primera ministra británica, Liz Truss, anunció este jueves su dimisión como líder del Partido Conservador y dejará la jefatura del Gobierno en cuanto se elija a su sucesor en una elección interna la semana próxima.

La primera ministra de Gran Bretaña, Liz Truss, reacciona mientras pronuncia un discurso frente al número 10 de Downing Street en el centro de Londres el 20 de octubre de 2022 para anunciar su renuncia.  (Foto Prensa Libre: AF)

La primera ministra de Gran Bretaña, Liz Truss, reacciona mientras pronuncia un discurso frente al número 10 de Downing Street en el centro de Londres el 20 de octubre de 2022 para anunciar su renuncia. (Foto Prensa Libre: AF)

La primera ministra británica, la conservadora Liz Truss, anunció este jueves su dimisión apenas seis semanas después de llegar al poder, acorralada por sus propias filas al día siguiente de una jornada catastrófica para su gobierno.

“Reconozco que, dada la situación, no puedo cumplir el mandato para el que fui elegida por el Partido Conservador. He hablado con su majestad el rey para decirle que renuncio como líder del Partido Conservador”, dijo en un breve mensaje a las puertas de su residencia en el 10 de Downing Street.

Truss explicó que esta mañana se reunió con el presidente del Comité 1922 -que agrupa a los diputados “tories” sin cartera-, Graham Brady, y ambos convinieron en que la elección interna para nombrar a un sucesor se celebre “la semana próxima”.

Hasta entonces, la primera ministra continuará en funciones, según dijo.

Truss abrió su declaración con una referencia al “momento de gran inestabilidad económica e internacional” en la que llegó al cargo, que asumió el pasado 6 de septiembre tras vencer en unas primarias de su partido.

“Hemos ofrecido resultados en las facturas energéticas y rebajando la cotización social. Hemos planteado una visión para economía de baja fiscalidad y alto crecimiento que aprovecharía las libertades del Brexit”, consideró Truss, antes de reconocer que en la actual situación no podrá cumplir sus objetivos.

En las últimas horas, el número de diputados conservadores que pedían su dimisión se había disparado, lo que hacía prácticamente insostenible su continuidad al frente del Ejecutivo.

Truss se hallaba en la cuerda floja desde que. el pasado 23 de septiembre, la presentación de su plan fiscal, con una masiva bajada de impuestos, había sembrado el caos en los mercados y despertado la desconfianza en la economía británica.

Elecciones generales inmediatas

Los conservadores decidieron evitar comicios generales y volverán a iniciar un proceso de elección interna para designar al quinto primer ministro desde que los británicos votaron por el Brexit (la salida de la unión Europea) en 2016.

El anterior proceso de selección tuvo lugar en el verano boreal, tras la dimisión de Boris Johnson, acorralado por una serie de escándalos.

Entre los posibles sucesores se menciona a Rishi Sunak, Jeremy Hunt, Penny Mordaunt y al propio Johnson.

El jefe de la oposición laborista, Keir Starmer, pidió la celebración inmediata de elecciones generales anticipadas, sin esperar el fin de la legislatura a finales de 2024 o inicios de 2025.

Los conservadores están “faltando a su deber patriótico básico de dejar al pueblo británico al margen de sus patéticas disputas”, afirmó en la mañana Starmer ante el Congreso de Sindicatos (TUC).

El país está sumido en una grave crisis económica y la inflación alcanzó el 10,1% en septiembre, la más alta en 40 años.

Considerada del ala dura del partido, Braverman fue reemplazada horas después por Grant Shapps, exministro de Transporte con Johnson y apoyo de Rishi Sunak (el otro candidato a liderar a los Tories que perdió frente a Truss).

La jornada del miércoles se convirtió en un drama para el gobierno de Truss con la dimisión de la ministra del Interior, Suella Braverman, considerada del ala dura del partido.

Braverman alegó como motivo para su dimisión haber usado su cuenta de correo personal para enviar un documento oficial, pero en su cart de renuncia criticó la política migratoria de Truss.

La jornada se complicó aún más en el Parlamento cuando algunos diputados de la mayoría se negaron a apoyar el fin de la moratoria sobre la fracturación hidráulica, una controvertida técnica para producir gas de esquisto.

 

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