El 25 de enero de 2020, Griselda López, una de las dos hijas de Joaquín “El Chapo” Guzmán, dio el sí definitivo en su relación con Edgar Cázares, sobrino de la líder de la red de lavado de dinero del Cártel de Sinaloa.

Las calles de Sinaloa, a tan solo semanas del llamado Culiacanazo, se llenaron de sicarios de esta organización criminal con el fin de darle protección a la hija de “El Chapo” y evitar que cualquiera intentara arruinar esta celebración.

Esta lujosa boda fue descrita por el periodista José Luis Montenegro en su libro Los Chapitos: radiografía criminal de los herederos del Cártel de Sinaloa, en donde también cuenta más detalles sobre la fiesta y las personas que fueron invitadas a ella.

La boda de la hija de “El Chapo”, a pesar de llevarse a cabo después del Culiacanazo, contó con una larga lista de capos del narcotráfico, entre los que se destacó Ovidio Guzmán, quien llegó acompañado de su esposa y sus hijas.

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Además, Joaquín Guzmán López, otro de los hijos del matrimonio entre “El Chapo” y Griselda Guadalupe López, también asistió a este evento familiar para presenciar la boda de su hermana.

Sin embargo, a pesar de ser un evento que reunió a los principales narcotraficantes del país, el resto de Los Chapitos no llegaron al festejo debido a que continuaban en el foco mediático tras casi ser capturados.

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Esta lujosa boda no solo tuvo la participación de criminales, ya que, de acuerdo al libro de Montenegro, la hija de Joaquín Guzmán Loera invitó a varias celebridades y músicos mexicanos.

Algunos de ellos fueron Julión Álvarez, José Manuel Figueroa y los integrantes de la agrupación Calibre 50, quienes fueron los encargados de amenizar la fiesta.