El sistema es absurdo y la alcaldesa afirmó que por eso respondió con esa medida, igualmente absurda.
El 1 de diciembre se necesitaron dos horas y media para encontrar un médico que certificara la muerte de una persona en su hogar (un procedimiento obligatorio para poder empezar los preparativos para el funeral).
La alcaldesa reaccionó: “Lo sucedido es una falta de respeto por los difuntos y sus familiares. El concejo comunal toma esta medida para denunciar una situación sanitaria catastrófica en nuestro pueblo y en pueblos limítrofes”.
El sector médico pasa por una situación crítica en esta localidad por la falta de profesionales. “Las personas tienen dificultad en encontrar un médico y a veces deben recorrer muchos kilómetros para hacerse atender por uno”, dijo Dugelet.
La alcaldesa explicó porqué tomó la insólita medida: “Hay muchas preocupaciones en nuestro pueblo, pero la salud es el principal. Estas son áreas rurales olvidadas y desde hace años hablo con muchos políticos para encontrar soluciones, pero nada cambia”, aseguró.
El polémico decreto reza: “Está prohibido que los habitantes mueran en sus casas en el territorio municipal los sábados, domingos y días festivos, por tiempo indefinido”.
“Si los problemas para conseguir un médico de cabecera, o simplemente para ser tratado, son cada vez más críticos, ahora será necesario elegir su momento para morir, o bien elegir la forma pública en que el Servicio de Atención Médica de Urgencia tiene la obligación de intervenir”, señaló la funcionaria.
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