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La doble vida de una indocumentada que triunfó en Wall Street

La mexicana Julissa Arce mantuvo en secreto durante años su condición de inmigrante indocumentada para ser exitosa en el competitivo mundo de Wall Street.

Julissa Arce, durante una entrevista con "El Nuevo Herald".

Julissa Arce, durante una entrevista con "El Nuevo Herald".

Arce cuenta su historia en el libro “My (Underground) American Dream”, que está desde el martes en las librerías, en el mismo relata cómo llegó a Estados Unidos a los 11 años, y ascendió hasta ser vicepresidente de una de las más importantes empresas financieras de Nueva York, Goldman Sachs.

“Primero que nada es usar la historia de mi experiencia como inmigrante indocumentada para cambiar el diálogo que tenemos en el tema de inmigración”, dijo en una entrevista con Efe.

“Muchas veces solamente tenemos una idea de quiénes son los inmigrantes y por qué vienen a Estados Unidos y yo espero que mi libro puede abrir los ojos a mucha gente para ver qué tan variada puede ser la experiencia inmigrante”, agregó.


Por otra parte, al contar su historia de esfuerzo, angustia, sufrimiento y superación, la exvicepresidente de Goldman Sachs espera “dar un poco inspiración a la gente que tal vez sigue indocumentada y de que sí se puede, y que los sacrificios y el esfuerzo que están dando a sus metas valen la pena”.

Mientras estudiaba negocios en la Universidad de Texas en Austin, hizo contactos para lograr una pasantía en la empresa y por sus cualidades y su exitoso desempeño le ofrecieron un contrato de trabajo permanente en julio de 2005.

Para poder aceptar el trabajo utilizó una visa de residente falsa que compró en Nueva York, por lo que se adelanta a las críticas y explica que su intención al publicar la historia no es hacer una apología del engaño.

“Mi mensaje no es el de evadir la ley. Mi mensaje es de entendimiento. Espero que la gente entienda que hay situaciones en la vida que no tienen una respuesta”, recalcó.

Ni tampoco se trata de una novela rosa con un final feliz.

“Hubo consecuencias bastante grandes y tuve que pagar un precio gigantesco para lograr lo que logré. Eso también lo describo en mi libro. Si un joven indocumentado lee esto, también va a leer las consecuencias que tuvo”, dijo.

Al miedo continuo de ser descubierta, los ataques de ansiedad y angustia y el no poder confiar en nadie, se sumó el mayor precio que tuvo que pagar por su condición de indocumentada.

En el año 2007, sabiendo que su padre estaba gravemente enfermo en México, no pudo ir a verlo y él falleció. “Es algo que yo no le deseo a nadie y es algo con lo que voy a tener que vivir por el resto de mi vida”, aseguró.

Luego de ese episodio tan doloroso pensó en irse a vivir permanentemente a México, pero su novio, con el que llevaba “mucho tiempo juntos”, le propuso que se casaran.

“He leído algunos comentarios de gente que piensa que yo solamente me casé para tener una tarjeta de residente, pero eso no fue así”, dijo,

Pero aunque el matrimonio sirvió para arreglar su situación de inmigración, el precio que pagó volvió a ser muy alto.

“Los primeros dos años de matrimonio fueron todos enfocados en arreglar mis papeles (de inmigración) y el romance se murió. Todas las conversaciones eran cuál es nuestro próximo formulario, cuál es nuestra próxima cita”, subrayó.

“Cuando deberíamos estar en nuestra luna de miel, todas nuestras conversaciones eran acerca del papeleo”, recordó Arce.

En una entrevistra con El Nuevo Herald, Arce confiesa que es muy poco probable que regrese a trabajar a Wall Street y más bien piensa en una empresa privada.

“Yo siempre he sido una mujer de negocios y me imagino que algún día regresaré a hacer eso que me gusta y que soy buena para hacer”, indicó al medio.

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