El lugareño corrió despavorido hacia el primer pueblo cercano, que se llamaba Paricutín, alertando a todos los habitantes que hicieron lo mismo con sus vecinos de San Juan Parangaricutiro.
No hubo ni un sólo muerto, pero ambos poblados desaparecieron.
Paricutín quedó sepultado bajo 30 metros de lava, y de San Juan Parangaricutiro sólo quedó en pie la fachada, el altar, la torre y el campanario de una iglesia, creando un paisaje escalofriante dominado por la negrura de la lava petrificada.
- Vea abajo la GALERÍA del impresionante paisaje que ofrece el volcán Paricutín.
El volcán Paricutín, rodeado desde entonces de comunidades, en su mayoría indígenas purépechas, creció hasta alcanzar los 423 metros de altura, estuvo activo durante nueve años y su lava se extendió 10 kilómetros a la redonda.
Ascender el volcán es un deleite para alpinistas profesionales y amateurs, aunque éstos últimos descienden por lo regular con las suelas de sus botas derretidas por los respiraderos de vapor que hay en laderas y en los alrededores del cráter.
Hay dos cosas seguras que el aventurado turista se lleva a casa tras visitar el Paricutín, que en purépecha significa “lugar al otro lado”: Una vista regocijada por los paisajes y un buen dolor de huesos por las más de cinco horas a caballo que hay que recorrer.
- En VIDEO vea las imágenes de usuarios de Youtube que comparten la belleza del paisaje que ofrece el Paricutín.
https://www.youtube.com/embed/v4O76xz1h5I