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Con el mundo en vilo

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Como lo habíamos previsto, los resultados de la elección en Estados Unidos no se iban a dar tan rápido como en otras ocasiones. Esto se debió principalmente a la gran cantidad de votos anticipados —por lo menos cien millones de votos, entre presenciales y por correo— y a las también esperadas batallas legales que se darían en los Estados más críticos. Dicho y hecho, las primeras cadenas que se animaron a proclamar un ganador lo hicieron hasta el sábado por la mañana. Y de las batallas legales, no digamos, llegarán hasta la Corte Suprema y persistirán hasta el último minuto. Considero que la incertidumbre durará todavía un buen tiempo.

' La incertidumbre alrededor del proceso seguirá manteniendo al mundo en vilo.

Jorge Jacobs

Trump se ha negado a conceder la elección a Joe Biden, alegando una conspiración de fraude electoral generalizado y corrupción por parte de funcionarios electorales. El fiscal general William Barr incrementó esta semana el debate con el memo que envió autorizando que se investigara de una vez —versus hacerlo hasta que se oficializaran los votos, como se hacía anteriormente— todas aquellas denuncias creíbles de irregularidades en la votación.

A pesar del “escándalo” que se ha armado con relación a esta instrucción de Barr, lo cierto es que, en efecto, las votaciones y el recuento de votos ya casi terminaron en todos los estados, y si se posterga la investigación hasta que todos los Estados certifiquen las votaciones, ya no quedaría tiempo suficiente para realizarlas, antes de que los efectos de las votaciones sean irreversibles. Los estados tienen hasta el 8 de diciembre para resolver controversias y disputas sobre las elecciones, incluidos recuentos y demandas, antes de que los miembros del Colegio Electoral se reúnan para votar, el 14 de diciembre

Considero que, de todas las acciones legales que ya ha interpuesto la campaña de Trump, la más importante es la que presentaron contra el Estado de Pensilvania. El argumento es que la legislación estatal, aprobada por el congreso estatal, estableció el límite de que no se podían recibir votos más allá del día de la elección. Sin embargo, grupos demócratas interpusieron un amparo argumentando que, por el covid-19 se debía extender ese plazo. La Corte Suprema Estatal de Pensilvania —con control de demócratas— estableció un nuevo límite, tres días después, el viernes 6, a la 5 de la tarde, para recibir todos los votos.

Esa resolución ya fue cuestionada hasta la Corte Suprema por los republicanos, con el argumento de que la Constitución establece que es el Legislativo de cada Estado, no sus cortes, quien establecer las normas electorales. Unos días antes de la elección, la Corte Suprema conoció este caso, pero la votación quedó dividida.

Ahora el caso llegará nuevamente a la Corte, apoyada no solo por la campaña de Trump, sino, por lo menos, por 10 gobiernos estatales. Aun si los republicanos ganan este caso, puede que eso no sea suficiente para cambiar los resultados a nivel nacional —ni siquiera está claro si los cambiaría en Pensilvania—, pero sí considero que es importante para mantener la credibilidad de los procesos eleccionarios en Estados Unidos.

Mientras tanto, ya se confirmó la victoria republicana en las dos carreras al Senado que estaban pendientes, por lo que el Partido Republicano tiene 50 senadores y el Demócrata y sus aliados tienen 48. Ello implica que la contienda por dos senadores que se dará en segunda vuelta el 5 de enero, en Georgia, será una de las más importantes y peleadas de la historia, ya que definirá la mayoría en el Senado, en un contexto donde los demócratas ya confirmaron la mayoría en la Cámara de Representantes (220 a 208, por el momento), y probablemente también tengan el control del Ejecutivo. Así que el proceso sigue teniendo al mundo en vilo.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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