IDEAS

¿De qué sirve el semáforo, si no se utiliza?

Cuando usted lea este artículo probablemente ya se haya levantado la restricción para que los centros comerciales y los restaurantes que están en ellos puedan operar. Aunque fueron menos de dos semanas las que estuvo vigente la prohibición, eso no le quita que haya sido un error más de los que ha cometido el gobierno durante la pandemia.

' Ante el primer indicio de un incremento de casos, invalidaron completamente el sistema de semáforo que ellos mismos establecieron.

Jorge Jacobs

Ante el primer indicio de un incremento de casos, invalidaron completamente el sistema de semáforo que ellos mismos establecieron, el que, aun con sus defectos, por lo menos estableció parámetros claros sobre los cuales todos podemos tomar decisiones. Pero no, ellos paniquearon y rápidamente volvieron a la terrible arbitrariedad de lo que se les ocurriera a los funcionarios, con terribles consecuencias para la economía de todos los guatemaltecos.

Lo peor de todo es que tomaron decisiones apresuradas, basados en premisas equivocadas. Si bien es cierto hubo un incremento de casos confirmados durante la primera semana de enero, esto fue una irregularidad, mezcla de mayores contagios durante las fiestas, pero también de la poca capacidad del sistema para operar en días no-hábiles. Como se puede ver en la gráfica de casos confirmados por fecha de toma de muestra del MSPAS, desde el incremento el 4 de enero, los casos confirmados mantuvieron una tendencia a la baja durante todo el mes, al grado de que el promedio móvil de siete días está ahora en su nivel más bajo desde principios de junio de 2020, antes de la “primera ola”.

Y aun el parámetro más importante, el número de camas disponible, tampoco justificaba las nuevas medidas tomadas por el Gobierno. En la presentación que hizo la semana pasada el viceministro de Hospitales, el porcentaje de ocupación de las camas para covid-19 estaba en apenas el 20.9 por ciento; es decir, casi el 80 por ciento de las camas estaban disponibles. Aun si vemos el caso de las camas para pacientes severos, el porcentaje de ocupación al 25 de enero era del 44 por ciento; es decir, había un 56 por ciento de camas disponibles en el sistema de salud. En las camas para pacientes moderados la ocupación era de solo el 17.7 por ciento, y en las camas para pacientes leves la ocupación era de solo el 11.8 por ciento. ¿Dónde estaba la saturación del sistema? No es lo mismo que un hospital ya no tenga camas a que en todo el sistema no haya disponibilidad de camas.

Y eso sin mencionar que el verdadero problema es que, a pesar de que pidieron Q20 mil millones adicionales de presupuesto el año pasado, solo pudieron habilitar 334 camas para pacientes severos en todo el país. Pero, aun así, más de la mitad estaban desocupadas. Y como se pudo ver en la presentación que hizo esta semana la ministra, con excepción de un par de hospitales, en la mayoría la ocupación se mantuvo relativamente estable durante todo enero. Entonces, ¿por qué paniquear y meter a todos los guatemaltecos nuevamente en la vorágine de la incertidumbre que vivimos durante buena parte del año pasado?

Por si eso no fuera suficiente, el sistema de alertas, el semáforo, sí funcionó como se esperaba, ya que en la última actualización, hace un par de semanas, hubo un incremento de municipios en alerta naranja y roja, que es como debiera ser, ante el incremento de casos que se dio en la catorcena anterior. Pero los funcionarios no confiaron en sus propios lineamientos y echaron por la borda la poca credibilidad que todavía tenían, además de eliminar la posibilidad de tomar decisiones de inversión para este 2021 sin el temor de que de un momento a otro nos cambien las reglas del juego. ¡Ojalá que ahora sí hayan aprendido la lección!

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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