IDEAS

Los tambores de guerra en Ucrania

Como mencioné en otro artículo hace un par de semanas, era cada vez más probable una guerra en Ucrania. En dos semanas, la situación se ha complicado todavía más. Rusia ha enviado más tropa y armamento a todas las fronteras que comparte con Ucrania, además de reclutar a Bielorrusia para la campaña. Como sus demandas son tan altas, ni Estados Unidos ni los países europeos se las han aceptado, al grado que la respuesta por escrito que le enviaron esta semana casi que se las rompió en sus narices. Los tambores de guerra suenan cada vez más fuertes en Ucrania.

' El costo para Putin de no invadir y quedar como perro que ladra, pero que no muerde, en su visión, sería muy alto.

Jorge Jacobs

La Embajada de EE. UU. en Ucrania instó este miércoles a los estadounidenses en Ucrania a pensar en salir del país “ahora” ante la “creciente amenaza de una acción militar rusa”, que puede deteriorar la situación sin previo aviso. El lunes la Casa Blanca pidió a los estadounidenses que “salgan ya” del país y afirmó que no se contempla ningún plan de evacuación como el que hubo en Afganistán. Todo ello después de que el domingo ordenaran la evacuación de los familiares del personal de la embajada y de todos los trabajadores “no esenciales” de esta.

Si realmente va a haber una invasión o no, solo Putin lo sabe, pero todo apunta a que sí la habrá. Putin lleva dos décadas tratando de reafirmar el lugar de Rusia en el panorama internacional, en su particular visión, como el que tenía la antigua Unión Soviética -URSS-. Y eso pasa por reafirmar sus “dominios” en las otrora “repúblicas” de la URSS, donde Ucrania juega un papel estelar.

A ello hay que añadir que el movimiento de tropas y armamento hacia la frontera ucraniana ha implicado muchísimo gasto que, si al final fuera solo “bluff”, su posición de líder autoritario podría ser cuestionada incluso en la propia Rusia, algo a lo que Putin jamás se arriesgaría. A estas alturas, casi que su única opción es atacar.

La invasión de Ucrania, por lo menos la mitad oriental podría ser relativamente fácil para Rusia, pero eso sería solamente el inicio de un gran dolor de cabeza para Putin, porque la mayoría de los ucranianos -especialmente los que no son de ascendencia rusa- guardan una gran animadversión hacia todo lo que representó la bota de la USSR sobre ellos durante casi 70 años.

Hasta la fecha, por ejemplo, la hambruna de los años 30 en la que murieron por lo menos 4 millones de ucranianos -siendo que antes de eso eran el “granero de Europa”- sigue siendo un tema escabroso, al que la mayoría de los ucranianos consideran que fue un “genocidio” -conocido como Holodomor-, de parte de los rusos. Esa animadversión hacia los rusos hace que algunos expertos estimen que los ucranianos venderán cara su tierra ante los invasores rusos. Y aún después de una eventual invasión, la resistencia sería feroz.

A ello hay que añadir el hecho de que las seguras oleadas de refugiados que llegarían a Europa occidental exacerbarían los ánimos en esos países en contra de Rusia. A pesar de que tienen la espada de Damocles del gas ruso sobre sus cabezas, lo más probable es que no aceptarían pasivamente la invasión.

Si a ello le añadimos toda la serie de sanciones económicas que se aplicaría, especialmente a los bancos rusos, cortándoles su comunicación con occidente, el costo de la invasión para Rusia sería altísimo, pero aun así, el costo para Putin de no invadir y quedar como perro que ladra, pero que no muerde, en su visión, sería todavía más alto.

La guerra no es inevitable, pero en este momento, así lo pareciera. Esperemos que finalmente se encuentre una salida “diplomática” que nos evite llegar a un conflicto que podría tener nefastas consecuencias para todos en el mundo.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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