IDEAS

¿Mamando de la teta del presidente?

Como todos los plazos se vencen, nos guste o no, finalmente entramos al proceso electoral, luego de que el viernes pasado el Tribunal Supremo Electoral (TSE) hiciera la convocatoria de las elecciones. La pregunta del millón es si este proceso servirá para acercarnos a una verdadera república o para hundirnos más en la debacle de un sistema fallido. Y un corolario muy importante es, ¿para qué quieren llegar tantos candidatos al ejercicio del poder?

' Tanto el presidente, como Marroquín y como todos los demás, están “mamando de la teta” de los tributarios.

Jorge Jacobs

Una de las mejores explicaciones a esta última pregunta la dio recientemente Esvin Fernando Marroquín Tupas, alcalde de Cuilapa, Santa Rosa, electo en 2019, representando al partido Prosperidad Ciudadana y que ahora parece querer buscar la reelección bajo las alas del partido oficial. Marroquín —que además tiene una orden de extradición a Estados Unidos por presuntamente estar vinculado al narcotráfico— dijo durante la presentación del Informe de Gobierno y Municipal de este año: “Uno tiene que estar en la teta que tiene leche, y aquí la que tiene leche es la del señor presidente. Él es el que me puede dar alimento, me puede dar de todo para poder llegar con ustedes acá”.

Por lo menos hay que reconocerle que fue sincero; equivocado, pero sincero. Y digo sincero porque dijo lo que la mayoría de políticos piensa pero no se atreve a decir: que buscan llegar al ejercicio del poder porque allí es donde podrán vivir a expensas de los demás, como bien lo explicó Frederic Bastiat hace ya casi 200 años. O lo que es lo mismo, porque allí hay mucho dinero y, con poca vigilancia, que se pueden robar. Con una lógica tan sencilla como la de Willie Sutton —el más famoso ladrón de bancos de la historia— cuando confesó que robaba bancos porque “allí es donde está el dinero”.

En lo que está terriblemente equivocado el alcalde es cuál es la “teta de la que está mamando”. Según él, va a “mamar de la teta del presidente” porque allí es donde hay dinero que robar. Pero lo que tal vez Marroquín no entiende es que también el presidente está “mamando de la teta de otros”. Tanto el presidente como Marroquín, y como todos los demás, están “mamando de la teta” de los tributarios. Somos los tributarios los que nos tenemos que partir el lomo, trabajando de sol a sol, para que luego los expoliadores nos traten como criminales para esquilmarnos hasta el último centavo posible, para que luego los políticos tengan una “teta de la cual mamar”.

Siguiendo la florida metáfora del alcalde, los tributarios somo como una gata o perra con muchas crías hambrientas que le chupan hasta la última gota de leche, dejándola débil y flaca, mientras ellos crecen robustos.

Lamentablemente, como la mayoría de los políticos que ahora buscan afanosamente llegar al ejercicio del poder tienen una mentalidad muy similar a la de Marroquín Tupas —aunque digan que se escandalizan por semejante vulgaridad—, no veo tampoco que haya muchas esperanzas de que este proceso nos acerque aunque sea un poco a una verdadera república, como preguntaba al inicio.

Lo que nos queda a los ciudadanos es ocuparnos en velar que, por lo menos, el proceso eleccionario sea lo más transparente posible, involucrándonos para evitar que se puedan tergiversar los datos —y los votos— de los ciudadanos.

Adicionalmente, dedicar muchos esfuerzos para educar a la demanda política, a esos votantes que deberán tomar una decisión dentro de cinco meses, para que no cometan los mismos errores que tanto se han repetido en el continente y que nos han llevado a la situación de desasosiego actual.

Esta, por supuesto, es una labor que no termina con este proceso eleccionario, es una labor de toda la vida. Como bien lo dijo Jefferson —o por lo menos se le sigue atribuyendo—: “El precio de la libertad es su eterna vigilancia”.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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