IDEAS

Un llamado a participar

Llegamos finalmente al momento decisivo de esta segunda vuelta. El domingo nos tocará decidir a quién le vamos a dar el mandato para dirigir el Organismo Ejecutivo y a partir del mediodía entramos en el período de “silencio” de los políticos para que, en teoría, meditemos nuestro voto. En este último artículo antes de esta elección tan importante, lo único que quiero es hacerle un llamado para que asista a votar.

La semana pasada expresé cómo veo esta elección, pero indistintamente de cuál sea su punto de vista, de quién sea su candidato preferido u odiado, de quién cree que pueda ser un mejor mandatario o de quién no quisiera usted por nada del mundo que llegue a presidir el Organismo Ejecutivo, considero que lo importante en este momento es que usted se decida a participar. Y la mejor forma, en este momento, de participar es a través de nuestro voto.

Soy firme creyente de que el voto es un derecho y no una obligación. Es decir, ninguno de nosotros está obligado a ir a votar, ni hay ningún castigo por no hacerlo, pero pienso que sí tenemos un deber de participar en los asuntos de la polis, de la sociedad. De hecho, considero que desentendernos de lo que sucede en nuestro entorno político es una de las raíces de muchos de los problemas que nos aquejan.

Idealmente uno debiera poder desentenderse de esos temas y dedicarse de lleno a sus asuntos privados, a su familia, a su trabajo, a su recreación. Eso es lo ideal, pero el problema es que, al hacerlo, estamos tácitamente aceptando que sean otros quienes tomen las decisiones trascendentales que tarde o temprano terminarán afectando a mi familia, a mis hijos y quién sabe a cuántas generaciones más de mis descendientes, a mi trabajo, a mi salud, a mi bienestar y, en general, a mi vida.

Si usted en algún momento se queja de la violencia, de la inseguridad, de que no encuentra empleo, de que le han bajado las ventas, de que cerraron la empresa donde trabaja y lo tuvieron que despedir por alguna decisión de una corte, del tránsito, de las grandes colas que tiene que hacer para hacer un trámite, de que tiene que madrugar para ir a hacer cola para ver si tal vez consigue turno para sacar un pasaporte, en fin, casi de cualquier cosa que se pueda quejar que no funciona bien en el país, la mayoría tienen que ver precisamente con esa esfera de lo público. Por mucho que usted quiera aislarse y no preocuparse de las decisiones públicas, es imposible hacerlo, ya que se las va a topar casi a cada vuelta de la esquina. De una o de otra manera, siempre le pararán afectando su vida.

' Su voto es importante para definir a los mandatarios, pero la vigilancia de lo que hacen con ese mandato, es eterna.

Jorge Jacobs

Y si de todos modos le van a afectar, por qué no mejor interesarse por lo menos en conocer lo que está sucediendo y participar, en la medida de sus posibilidades. En el poder no hay vacíos y siempre habrá alguien dispuesto a llenarlos y a aprovecharse de ellos, así que lo mejor es que usted esté vigilante de las cosas que hacen los políticos, los burócratas, los tecnócratas y sus mandatarios porque, le guste o no, siempre le afectarán.

Y esto no es solo algo que tiene que hacer el día de las elecciones. Su voto es importante para definir a los mandatarios, pero la vigilancia de lo que hacen con ese mandato que usted les dio, es eterna. No por nada se hizo célebre la frase atribuida a varias personas que dice: “el precio de la libertad es su eterna vigilancia”. Y a mí me gusta todavía más la de Ronald Reagan: “La libertad nunca está a más de una generación de extinguirse. No se la pasamos a nuestros hijos en la sangre. Debe pelearse por ella, protegerla, y pasársela a ellos para que hagan lo mismo”.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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