EDITORIAL
340 frentes de batalla pero una sola estrategia
Es posible que la estrategia de diferenciar municipios según el número de nuevas infecciones y casos activos parezca la esperada descentralización en el abordaje de la pandemia, pero es importante que el Ejecutivo aclare que esta colaboración de los alcaldes no constituye en manera alguna una licencia para la fragmentación territorial, la imposición de cercos arbitrarios o el bloqueo de rutas, puesto que toda medida unilateral entraña el riesgo de perjuicios que no necesariamente se compensan con mejoras en los indicadores sanitarios.
Así también es importante destacar que el liderazgo edil, incluso con sus emprendimientos e iniciativas, constituye una plataforma de servicio comunitario, pero no debe abordarse como una exposición propagandística ni como un culto a la personalidad, puesto que en los pocos meses del actual período constitucional ya se han observado algunos comportamientos netamente egocéntricos que poco o nada tienen que ver con la administración municipal.
La Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia del Covid-19 ha sido clara en señalar que el ansiado estatus verde, marcado por el semáforo epidemiológico, no será sencillo ni rápido de alcanzar, porque la prioridad será en todo momento el aseguramiento de estándares de verdadera reducción en la propagación de la enfermedad, y no en la provisión de alivios ilusorios que puedan representar peligrosos repuntes.
Las lecciones de países que emprendieron la reactivación, España, por ejemplo, deben ser tomadas en cuenta, ya que después de drásticas caídas de contagios se procedió a reanudar ciertas actividades, incluido el ocio nocturno, lo cual conllevó que en esta semana se cuadruplicaran los nuevos casos, lo que trae nuevas restricciones, tanto o más dañinas que las anteriores, pues implican pérdidas para negocios, pagos de salarios y otros gastos de operación. Cabe señalar que la precaución, la prudencia y el establecimiento de graduales protocolos sanitarios debe efectuarse con la vista puesta en un retorno inexorable a la productividad, ya que después de cuatro meses de suspensiones, la economía doméstica se encuentra maltrecha y los ingresos familiares están duramente golpeados, por lo que la ruta de recuperación debe priorizarse junto con la prevención.
Por ejemplo, ante un panorama en el que se ve distante el retorno del turismo extranjero, se volverá necesario propiciar las vías para permitir paulatinamente el turismo interno, sobre todo aquel que no representa aglomeraciones; es decir, el relacionado con la ecología, el agro, el montañismo y los destinos arqueológicos al aire libre, que a su vez requerirán de la debida organización de las comunidades, que, por su parte, deberán estar provistas de insumos de protección.
Especial mención merece, en estas consideraciones sobre la regionalización del combate al covid-19, el suministro de insumos para los centros y puestos de salud, que pasarán a adquirir una mayor relevancia dentro de la estrategia, por lo cual no bastará con enviar cajas de productos, sino mantener un monitoreo digital constante de las existencias y su uso, que deberá ser cotejado mediante fotografías o reportes de los pobladores atendidos, en una especie de auditoría permanente para evitar los robos hormiga o la mala utilización de fármacos o utensilios protectores.