Editorial

Crecimiento económico es puesto a prueba

Al preguntarle al ciudadano de a pie, al ama de casa o al vendedor de verduras en el mercado, la noticia no despierta satisfacción, sino más bien incredulidad.

La actividad económica del país cerró el primer cuatrimestre del 2024 con una variación positiva de 3.8%. Es un resultado que combina los esfuerzos productivos nacionales de todos los niveles y regiones, incluidos los guatemaltecos que no están en el territorio nacional pero que se hacen presentes, en concreto, a través de las remesas enviadas a sus familiares, las cuales se dedican en su mayoría a consumo, pago de gastos escolares o de salud, construcción y pequeños emprendimientos de comercio o talleres artesanales.

Sin embargo, al preguntarle al ciudadano de a pie, al ama de casa o al vendedor de verduras en el mercado, la noticia no despierta satisfacción, sino más bien incredulidad, porque el incremento en  varios productos de la canasta básica familiar ha sido sensible y en extremo pronunciado después del socavón en la autopista Palín-Escuintla, que impacta en el transporte de mercancías, al atrasar algunos fletes e incrementar su costo logístico, que va a dar al usuario. El repunte en los precios del combustible es una muestra del impacto de la coyuntura vial.

Días antes del cierre vial parcial de Palín-Escuintla, la medición mensual de precios del Instituto Nacional de Estadística ya exhibía una tendencia alcista. En enero, el cálculo de gasto alimentario de una familia de cinco personas era de Q4,231.50, mientras que para mayo se situaba en Q4 mil 294.75, lo que representa un incremento de Q63.25. Si se preguntara a los guatemaltecos, sin duda alguna dirían que el incremento es mayor, no solo por la percepción, sino también porque dicha canasta alimentaria no incluye otros egresos, como pagos de vivienda, electricidad, telefonía e internet, transporte, combustible, calzado, colegiaturas…

Si bien el Ministerio de Economía debe llevar a cabo el monitoreo de precios para detectar especulaciones, es el propio mercado y las decisiones del consumidor las que mejor respuesta dan a alzas excesivas o artificiales. Por ejemplo, en redes sociales, muchos usuarios se quejan de los precios de verduras en ciertas áreas, y otros les hacen sugerencias de sitios en donde el precio es más favorable o hay políticas de ofertas. Toda especulación debe ser sancionada, aunque tampoco se puede recurrir a las rebajas por decreto imperial como pretende el mandatario de El Salvador, quien amenazó a comerciantes e importadores locales.

De todos modos, las intervenciones gubernamentales en la economía generan otras distorsiones si no se efectúan bajo los debidos límites de alcance y potestad. Por ejemplo, los precios tope causan escasez y esta, a su vez, genera otras especulaciones o acaparamiento. En todo caso, se debe limpiar el camino para que los productos lleguen de manera más eficiente a su destino. En este momento, muchas empresas están haciendo malabares para mantener sus costos operativos ante las contingencias climáticas, mientras deben cuidarse de no ahuyentar a sus consumidores, pues de sus ventas dependen sus trabajadores y las familias de estos.

Es innegable, además, cómo el alza de ciertos commodities y materias primas importadas afecta a varios rubros productivos, que se ven obligados a hacer ajustes de precios. A ello se suman productos guatemaltecos de exportación que se benefician con estos costos. Es ahí donde el Estado puede negociar contingentes o aprovechar tratados de comercio, a fin de ampliar mercados. Ahora bien, en el lado del crecimiento productivo, es necesario agilizar la licitación de la portuaria EPQ, emprender el rescate vial en cuanto sea posible y continuar la campaña de atracción de inversiones.

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