EDITORIAL

El Día de las Matemáticas

Para muchos estudiantes, la sola palabra “matemáticas” causa inquietud, aprensión e incluso angustia, a causa de una transmisión irracional de prejuicios, miedos y animadversión, no solo entre compañeros de clase, sino también a nivel de familia e incluso de docentes. Desafortunadamente se han enraizado por mucho tiempo creencias verdaderamente inexactas sobre las ciencias exactas.

Con frecuencia se hace creer a niños y jóvenes que la matemática es territorio exclusivo de genios, cuando en realidad constituye una materia que desarrolla el razonamiento, motiva la creatividad y, sobre todo, abre puertas en el campo laboral tecnológico, que demanda recurso humano con mentalidad innovadora. Otro error usual y paradójico es asociarla al concepto de castigo, con el afán de forzar la atención hacia esa u otras ramas.

Queda claro que el problema no está en la materia por sí misma, sino en los abordajes inadecuados, las carencias didácticas y hasta el errado concepto de insistir en un proceso de memorización unívoco, cuando en realidad constituye un universo versátil que en ocasiones puede conducir a una solución por caminos distintos y un idioma que, en lugar de términos verbales, usa símbolos, cifras, deducciones lógicas y reglas claras.

Esta reflexión didáctica viene a propósito de celebrarse hoy, 14 de marzo, el Día Mundial de las Matemáticas, una iniciativa de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), tendiente a valorar esta rama del conocimiento e impulsar su enseñanza desde nuevos paradigmas de utilidad pública, desarrollo personal y desempeño profesional, en un mundo cada vez más competitivo. Cabe añadir que en esta fecha se conmemora también el natalicio de Albert Einstein, físico alemán cuyos hallazgos aún despiertan admiración y quien no se consideraba un superdotado, sino tan solo una persona perseverante, dispuesta siempre a reconocer sus errores.

La pandemia ha sacado a relucir la necesidad de mayor inversión en el cultivo de vocaciones de ciencia y tecnología en todos los países. La carrera por una vacuna eficaz y asequible no fue desarrollada por robots o computadoras; probablemente fueron utilizados para acelerar procesos y manejo de datos en laboratorios, pero detrás de todas esas investigaciones hay seres humanos capacitados en disciplinas como Física, Química, Biología, Informática o Fisiología, que tienen un punto de encuentro en los números.

Y no solo en el horizonte científico las matemáticas juegan un papel crucial, imparcial y de utilidad pública. Las cuentas claras en el uso de los recursos públicos, las cifras detalladas de costo de proyectos o la provisión de nóminas burocráticas, con sumas exactas y coherentes, son una materia por mejorar en el Estado de Guatemala. El deterioro en su rendimiento se ha debido al paso de politiqueros y oportunistas cuyo legado son cuentas que no cuadran.

En Guatemala existe tanto talento pendiente de pulir en las aulas de preprimaria, primaria y secundaria, aunque también fuera de ellas. El reto educativo no está en promocionar con aires de grandeza supuestos logros cortoplacistas, sino en trazar una agenda novedosa para el desarrollo de inteligencias, en su más pleno sentido. Como conclusión, Einstein decía: “No te preocupes por tus problemas con las matemáticas, te puedo asegurar que los míos son mucho mayores”.

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