EDITORIAL

Informarse bien es un gran acto de civismo

Es francamente lamentable escuchar a figuras públicas de alto nivel cuando, al ofrecer declaraciones incluso sobre temas de crucial y vital importancia, se decantan por frases coloquiales innecesarias o expresiones prácticamente altisonantes que más parecen orientadas a crear cotilleo y polémica, como una distracción intencionada. Puede atribuirse tal conducta a simple falta de habilidad comunicativa, pero la reincidencia del patrón conduce a otras hipótesis.

En todo caso, el sentido crítico ciudadano se encuentra a prueba ante tales provocaciones, en una época de bombardeo tecnológico viral que se suma a la ya de por sí cargada interacción de redes electrónicas por motivos laborales, escolares, familiares o de amistad. No obstante, también en estos foros interpersonales se cuelan los memes, los audios y las controversias referentes a los enunciados a menudo chuscos que concentran la atención por encima de situaciones, cifras, decisiones y cuestionamientos fundamentales.

Por supuesto que la libertad de expresión se encuentra por encima de cualquier intento de limitación, filtro, regulación o censura de terceros, pero así como existe un derecho a la información, es necesario exhortar a los ciudadanos a asumir una actitud de atención hacia aquella referente al devenir nacional, que en algunos casos puede sonar repetitiva en sus seguimientos o incluso desagradable en sus efectos, pero al fin y al cabo es la realidad trazada por las autoridades electas, sobre quienes debe recaer constante exigencia. En los medios de comunicación modernos existe la posibilidad de seguir, con base en datos digitales, las preferencias de diversos públicos por nivel demográfico, sexo, edad o localización geográfica.

Es a través del seguimiento a esta metainformación que se puede detectar cierta indiferencia hacia temas como devenir político, administración del Estado, migración o problemas en indicadores de desarrollo. Paradójicamente se da un creciente repunte en atención a novedades virales, llamativas pero intrascendentes, así como hechos insólitos y hasta ciertos escándalos. Cada persona es totalmente libre de elegir enterarse sobre los aspectos que desee; sin embargo, nadie debería evadir su responsabilidad de estar enterado del acontecer nacional, sus causas y tomadores de decisiones, con sus factores históricos, estructurales, geopolíticos o vinculados con redes de intereses, lícitos e ilícitos. Los padres deben explicar a sus hijos, con el nivel requerido de paciencia, la razón de ser de un gobierno, las funciones ideales de un diputado y los problemas nacionales.

Desentenderse de la realidad como si está no existiera no soluciona los problemas; por el contrario los agrava. Los abusos y cortapisas contra libertades fundamentales en países como Nicaragua son un triste ejemplo del deterioro al cual puede llegar un país cuando la ciudadanía se ausenta por demasiado tiempo de la fiscalización y de la exigencia. Cuando despierta ya es muy tarde. Día a día refrendamos nuestra misión de ofrecer información actualizada, veraz y equilibrada sobre los tópicos que tocan el interés de Guatemala y de los guatemaltecos. Así también nos ocupamos de temáticas más prosaicas con el mismo afán de atender intereses, pero sin desviar la atención de lo toral. Una ciudadanía bien informada es el mejor antídoto contra una dictadura. Guatemala se encuentra en un momento crítico de su historia democrática y por algo las grandes lecciones de la historia enseñan a evitar errores que luego pagan generaciones enteras.

Muchas gracias por su confianza y por informarse

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