EDITORIAL
La Encuesta Libre es un servicio imparcial
En un proceso electoral con casi una treintena de partidos participantes es obviamente imposible que todos tengan iguales preferencias; de la misma manera, al saber la ciudadanía de tantas situaciones coyunturales, antecedentes y nexos es impensable que no tengan un impacto, positivo o negativo, sobre los perfiles en contienda. Todos aspiran al favor del electorado, piden el voto por diversas vías —desde las más legítimas hasta las más truculentas— y no todas dan el mismo resultado.
Aunque lo anterior es evidente, surgen infundios, con o sin nombre, dedicados a descalificar aquello que consideren adverso. Es así como surgen ataques en contra de la Encuesta Libre, un ejercicio técnico de investigación social con fines periodísticos. De hecho, lo más valioso que se logra con esta herramienta es un panorama estadístico de las preocupaciones, decepciones y expectativas de los guatemaltecos: es decir, información valiosa que los políticos y los partidos deberían utilizar para trazar mejores propuestas para la ciudadanía.
Sin embargo, muchas de estas figuras y sus respectivas roscas de allegados solo se enfocan en su ambición y no en las necesidades de la gente. La realidad las exaspera cuando el país no necesariamente gira a su alrededor. Es cuando se recurre a difundir falsedades, teorías conspiranoicas y ataques contra el mensajero imparcial.
Entre las narrativas engañosas que buscan desprestigiar a la Encuesta Libre existen versiones totalmente opuestas, lo cual es otra evidencia de su inquina. En Prensa Libre y Guatevisión nos debemos a Guatemala y a los guatemaltecos, tal como expone el primer editorial del 21 de agosto de 1951.
Seguimos fieles a esa misión porque es nuestra razón de existir; por ende, nuestro mayor tesoro es la confianza de las audiencias. Por ello confiamos en la labor profesional y ética desarrollada por la empresa ProDatos, que efectúa cada estudio de opinión ciudadana con estrictos estándares. Siempre se aspira a lograr la mejor representatividad de las regiones del país, de los estratos socioeconómicos y de la distribución poblacional, de acuerdo con las proyecciones del Censo de Población y la composición del Padrón Electoral.
Puede preguntarse que, si es causa de tantos ataques, para qué seguir publicando la Encuesta Libre, y la respuesta es sencilla: porque estamos para servir a la ciudadanía, porque como empresa periodística necesitamos tener el panorama del momento que vive la Nación. Sabedores de nuestra responsabilidad, compartimos con la población los resultados, con la clara observación del margen de error estadístico y con una validez limitada a la temporalidad de los días de entrevistas en todas las regiones del país.
La Encuesta Libre mide una intención presente y no un comportamiento futuro, pues la decisión soberana de nueve millones de ciudadanos estará sujeta a múltiples variables. La Encuesta Libre se realiza en períodos electorales, pero también en momentos excepcionales como la pandemia, para conocer temores, hábitos y percepciones. Rechazamos señalamientos infundados y reiteramos nuestra voluntad inalterable de aportar a la construcción de la democracia guatemalteca mediante la provisión de información para la toma de decisiones. La encuesta no sugiere, condiciona ni obliga, ni siquiera a los encuestados. Cada guatemalteco decidirá el próximo domingo, en total secreto, ante la urna y las papeletas con base en sus convicciones, objetivos y deseos.