EDITORIAL

Mensaje contundente y técnico a los políticos

Para la ciudadanía proactiva y atenta al devenir social, político y económico del país no resultan extrañas las conclusiones ni las recomendaciones que presentó la misión del Fondo Monetario Internacional al concluir su evaluación del país. Se resalta el crecimiento que se registra gracias a la actividad de construcción y elogian la relativa estabilidad macroeconómica de los últimos años, pero advierten sin ambages que sin una visión nacional de consenso, sin una mayor transparencia del Estado y sin el involucramiento coherente del sector político, el repunte será ahogado por factores críticos.

De hecho, uno de los puntos más llamativos del pronunciamiento técnico fue que señaló la ausencia de planes económicos claros entre los actuales candidatos a la Presidencia, quienes vociferan ofrecimientos de más inversión, más crecimiento, más empleo, pero sin describir los mecanismos concretos que utilizarán para tales objetivos. Ciertamente, nadie debe inventar el agua azucarada, pero sí comprometerse a impulsar los acuerdos necesarios a fin de generar un crecimiento que posibilite mejoras en el rendimiento fiscal y con ello mejorar la calidad de gasto en el desarrollo humano.

La directora de la misión, la doctora Esther Pérez Ruiz, fue enfática al destacar que Guatemala puede y debe sostener un diálogo nacional para impulsar las reformas necesarias de cara a una regeneración del sector público y una dinamización productiva. No dejó de lado subrayar que en las actuales condiciones, las perspectivas se inclinan leve pero inexorablemente a la baja, por lo cual se debe posibilitar un mejor acceso al crédito a empresarios de todo tamaño, a fin de potenciar su competitividad.

En este punto resulta importante destacar el papel de los organismos del Estado en la generación de una mayor certeza jurídica que garantice estabilidad y reglas claras para las inversiones, nacionales o extranjeras.

Por otra parte, el abordaje distinto del problema de infraestructura es impostergable, puesto que las soluciones fragmentadas, estatistas y opacas solo han contribuido al deterioro de la red vial del país, que se ha convertido en un lastre para el despegue económico. El actual Congreso tiene el tiempo contado para reparar en algo las afrentas y deficiencias en las que ha incurrido por más de tres años, a través de la aprobación de leyes que abran paso a la ejecución de obra pública, ya sea por parte del propio Ministerio de Comunicaciones o bien mediante alianzas público privadas con responsabilidad social y legal bien delimitadas.

El Ejecutivo puede dejar de parapetarse en excusas confrontativas para dar paso al comienzo de una transición ordenada, responsable y pública mediante una rendición de cuentas que permita conocer los pendientes, administrar los recursos disponibles y consensuar las prioridades de los próximos años. Con ello proporcionaría una demostración de su pregonado apego a la institucionalidad y su compromiso con el futuro de la patria.

De hecho, lo más llamativo del mensaje del FMI es que, pese a ser un organismo financiero internacional, no se centró en un conjunto nacional abstracto ni tuvo una visión exclusivamente tecnocrática, sino que propuso como centro y guía de estas mejoras la reducción de las brechas sociales y la mejora en la calidad de vida de todos los guatemaltecos, especialmente los menos favorecidos.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: