EDITORIAL

Momento histórico para las remesas

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 1.8 millones de personas envían remesas a Guatemala y la población beneficiada es de 6.2 millones. Este monto, fruto del trabajo de los guatemaltecos que migraron a Estados Unidos, representó en el 2019 un total de US$10 mil 508.3 millones, que equivalen a unos Q80 mil 911 millones.

El crecimiento, que avanza a doble dígito desde el 2005, a excepción del 2009, por efectos de la crisis económica mundial, fue en el 2019 del 13.1%, frente al del 2018, con lo que registró una cifra histórica en este rubro que merece analizarse, no solo desde la perspectiva económica, sino también desde lo que representa social y culturalmente.

Entidades expertas en el tema afirman que los departamentos que reciben mayor cantidad de remesas son Guatemala, Huehuetenango, San Marcos, Quetzaltenango, Petén y Chiquimula, y que el principal destino que las personas les dan al ingreso que reciben son inversión, ahorro y consumo.Por la relevancia que la cifra tiene para el país, es necesario tomar acciones inmediatas entre el Gobierno, la iniciativa privada, la Academia y ciudadanos organizados para que ese dinero se convierta en inversión e incluso se utilice como apalancamiento para el desarrollo de otras actividades productivas como el turismo, por mencionar una de ellas.

No aprovechar este valioso recurso para revertir los alarmantes niveles de pobreza y bajos indicadores de desarrollo humano sostenible e integral para las comunidades beneficiarias atenta contra los mismos guatemaltecos, pues las causas principales por las que la población migra a Estados Unidos no desaparecerán sin un plan integral.

La exportación de esa riqueza humana no es una solución sostenible, ya que puede ocurrir que los migrantes guatemaltecos, paulatinamente, por efectos de edad, cambio generacional y reunificación de familias, pierdan los vínculos con la tierra natal y dejen de enviar las cantidades que actualmente llegan al país. Además, la pérdida de capital humano en Guatemala golpea a futuro la capacidad productiva del territorio en todos los niveles laborales.

Conocer las cifras anuales es importante para trazar el rumbo de las cosas, y para este caso lo primero debe ser propiciar un mejor aprovechamiento a nivel familiar y comunitario de los fondos que llegan de Estados Unidos, mediante el ahorro y la inversión en educación. De la mano debe llegar la inversión en una mejor infraestructura, para propiciar los emprendimientos locales en el comercio, el turismo, la producción agrícola estratégica y prestación de servicios de calidad, los cuales a la vez pueden propiciar más empleos y, de alguna forma, darles más motivos a los guatemaltecos para permanecer en su país.

El nuevo gobierno tiene el reto de empezar a trabajar en una mejora permanente de la relación con la comunidad guatemalteca en el extranjero, comenzando por un sistema eficiente de gestión de documentos de identificación, lo cual va más allá de inaugurar consulados y colocar a personas allegadas a cargo de estos. Además, una correcta relación con EE. UU., en materia de relaciones exteriores, debería permitir no solo encontrar soluciones a la migración ilegal de la que se queja ese país del norte, sino encontrar verdaderas rutas para evitar que más guatemaltecos tengan como única alternativa huir de su tierra.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: