EDITORIAL

Oportunidad en las aulas

El inicio del ciclo escolar del 2022, en la mayoría de los municipios del país, representa un desafío titánico para la comunidad educativa pública y privada. Para la mayoría de estudiantes, desde la semana pasada ha ocurrido su primer contacto físico con las aulas, luego de casi dos años de pandemia.

Como lo han anotado diversidad de informes y análisis nacionales e internacionales, hay estrategias que han probado su efectividad en todo el mundo. El informe De la educación a distancia a la híbrida: 4 elementos clave para hacerla realidad, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), reitera que la reapertura de las escuelas y colegios requiere obligatoriamente mantener la distancia física, lo que implica reducir el número de alumnos por aula, con lo cual los sistemas educativos deberán combinar educación presencial y remota mediada por tecnología. Este modelo de educación híbrida, cuya implementación debe ir más allá de la pandemia, debe estar alineado con una estrategia más amplia de transformación del sector educativo.

Este modelo, en donde se pueda implementar por las condiciones de acceso a la tecnología y conectividad con internet, servirá para responder a las necesidades de distanciamiento social y empujará, según el BID, a la transformación digital de la educación que, si se hace bien, redundará en sistemas educativos con mayor calidad e inclusión.

En Guatemala, como afirma hoy en nuestras páginas el análisis del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), la educación enfrenta a todo nivel grandes desafíos que ya estaban allí antes de la pandemia. Por ejemplo, que en preprimaria, solo seis de cada 10 niños asisten a la escuela. Contrastes como que mientras en la primaria se tiene casi una cobertura universal, en el nivel de educación media es baja y en la actualidad solo uno de cada dos adolescentes asiste al ciclo básico y uno de cada cuatro al diversificado.

El otro gran reto está en la calidad del aprendizaje. En la última evaluación internacional realizada en el ciclo básico en el 2018 y en primaria en el 2019, mostraron que en básicos al menos siete de cada 10 estudiantes y en primaria ocho de cada 10 no alcanzaron el nivel mínimo de aprendizaje en lectura, matemática y ciencias.

Mientras para unos estudiantes el reto de este ciclo lectivo será buscar esa ansiada y cada vez más necesaria calidad educativa dentro del modelo híbrido, para otros el reto seguirá siendo poder acceder, al menos, a un teléfono inteligente con internet limitado. En estos rubros, el papel de los docentes y los padres es fundamental para aprovechar cualquier recurso disponible y la implementación de nuevas formas de educar, más creativas y alineadas con la realidad del mundo laboral.

El Estado tiene la tarea inmediata de garantizar que, al asistir a clases presenciales, los alumnos en sus planteles educativos cuenten con las condiciones sanitarias adecuadas, comenzando por servicio de agua entubada y servicios sanitarios, algo de lo que cerca de 10 mil establecimientos carecen en la actualidad. Sin conectividad e infraestructura adecuadas, el reto de alcanzar las competencias necesarias y los conocimientos exigidos se mantendrá como una utopía.

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