EDITORIAL

Tiempos cruciales para la misión del Banguat

Guatemala es uno de los pocos países en el mundo con un sistema de banca estatal establecido en la Constitución Política, el cual cumple con la función de regular la circulación de la moneda nacional, formular y regir las políticas que mantengan estables las condiciones cambiarias y crediticias favorables al desarrollo económico. El artículo 132 de la Carta Magna establece que toda actividad monetaria, bancaria y financiera es regida por la Junta Monetaria, de la cual depende el Banco de Guatemala (Banguat), cuyo carácter autónomo garantiza, regido por su ley orgánica y la Ley Monetaria.

Es oportuno valorar este diseño institucional ante el inminente nombramiento de un nuevo titular del Banguat, mañana, decisión que corresponde al presidente de la República, quien tiene dos opciones: designar a un profesional de carrera dentro de la institución, que ha sido la tradición más frecuente, o elegir a alguien externo, algo que ha sucedido en ocasiones, especialmente en períodos de complicadas coyunturas. Pero los desafíos son los mismos: asegurar la estabilidad macroeconómica, fomentar el crecimiento económico y reducir el impacto de oleadas inflacionarias y deflacionarias como las ocurridas este año.

En efecto, después de haberse mantenido por largo tiempo la tasa de interés líder en 1.75%, la Junta Monetaria del Banguat comenzó un alza gradual de esta a partir de abril. La decisión obedeció a la necesidad de mantener aceptables los niveles de precios y de competitividad en un escenario marcado por la invasión rusa a Ucrania, el alza en el precio del petróleo y las alzas de interés de la reserva federal de EE. UU. Van cuatro reajustes hasta ahora y el último de ellos se anunció recién el 22 de septiembre último, cuando se pasó de 2.75 a 3 por ciento.

En caso de que el designado sea una persona externa, es necesario que tenga plena y clara conciencia de que presidir el Banguat es mucho más que un punto culminante y apetecible para la carrera de un economista: es la máxima oportunidad de servicio profesional en el ente rector del desempeño económico. No es un cargo político y mucho menos una posición desde la cual proseguir pretéritas agendas privadas o públicas; constituye una misión técnica que debe respetar la más preciada posesión de la entidad, su autonomía.

Entre las próximas decisiones claves de la Junta Monetaria, que preside el titular del Banguat, estará el planteamiento de contratación de nueva deuda pública para suplir el abultado déficit pretendido en el proyecto de presupuesto del 2023. Sea que este sea aprobado o no, los montos prevén la necesidad de nuevos préstamos que colocan al país en una situación límite. El endeudamiento pasó del 31% del producto interno bruto en 2020 al 33% en 2021. Desafortunadamente la utilización de los recursos no ha sido la más productiva y aún existen bolsones de gasto sin el adecuado uso. A todas luces no es viable que el Banguat siga avalando cada año los despilfarros gubernamentales, sobre todo en un año tan difícil como el presente.

En todo caso, el poder de la presidencia del Banguat no es omnímodo, pues el diseño colegiado de la Junta Monetaria está llamado precisamente a fortalecer el análisis y la toma de decisiones institucionales responsables, al estar integrado por representantes de los ministerios de Finanzas, Economía y Agricultura, del sector empresarial, bancario, el Congreso de la República y el Consejo Superior Universitario.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: