EDITORIAL

Vacunación debe ser abordada con cautela

Una de las más impresionantes carreras a contrarreloj de la ciencia ha sido sin duda la búsqueda de una vacuna efectiva contra el coronavirus, un desafío emprendido por laboratorios, universidades y casas farmacéuticas alrededor del mundo, en equipo o por separado, con el apoyo de metodologías digitales y aceleradas fases de estudio clínico que han puesto en el mercado al menos media docena de opciones.

En el Reino Unido comenzó la vacunación hace una semana, y en Estados Unidos una enfermera se convertía en la primera persona en recibir una de las dos dosis necesarias para la inmunización contra el virus que trastornó el 2020 y ha dejado más de 1.6 millones de fallecidos, 72 millones de infectados y 45 millones de recuperados, cifras que continuarán creciendo debido a los repuntes registrados, en especial, en Europa y EE. UU.

La carrera por lograr contar con dosis suficientes de la vacuna conlleva la disponibilidad del producto, la capacidad económica para su compra, la posibilidad de almacenamiento bajo congelación y la infraestructura sanitaria para agilizar la administración de las dos dosis. Países latinoamericanos como Brasil y México ya han negociado paquetes de más de 150 millones de dosis para atender a su población.

En el caso de Guatemala, forma parte de un acuerdo internacional denominado mecanismo Covax, mediante el cual se asegura un determinado número inicial de dosis para comenzar la vacunación con prioridad para grupos altamente expuestos, como personal médico y hospitalario del sector público y privado, bomberos, policías, soldados, adultos mayores y posiblemente maestros.

La eficacia de las inmunizaciones es certificada por la Organización Mundial de la Salud, por lo que cuentan con las garantías científicas de calidad, seguridad y eficacia. Según datos del Ministerio de Salud y la Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia Covid-19, Guatemala aportó un anticipo para una primera compra de 6.7 millones de dosis que se administrarán a 3 millones 370 mil personas, el 20% de la población.

Actualmente se discute la readecuación del Presupuesto 2021, sobre la base del plan de gastos de 2019 que quedó vigente tras archivar el aprobado a escondidas por el Congreso. Es urgente que se deje bien clara la partida destinada a la compra de vacunas, para que el proceso se haga efectivo a la brevedad posible. La cartera de Salud anunció la disponibilidad de espacio de refrigeración suficiente para el almacenamiento de las dosis, pero también es preciso organizar de manera transparente su manejo.

La adquisición de vacunas por parte del Estado no excluye la posibilidad de que arriben al país otras al mercado privado, pero de llegar a importarse productos de este tipo es necesario garantizar y certificar su autenticidad, así como la condiciones correctas de almacenamiento. Cualquier riesgo de falsificación, publicidad engañosa o especulación de precios debe atajarse para no convertir una esperanza de solución en motivo de lucro. Al mismo tiempo debe emprenderse una campaña de información sobre las características de este tipo de tratamiento preventivo, el cual todavía no es apto para menores de edad. Tampoco es de efecto instantáneo, por lo cual tras la vacunación siguen siendo primordiales las precauciones como el uso de mascarilla, distanciamiento y desinfección.

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