Pluma invitada
Antecedentes revolucionarios
Las acciones del siglo XIX invisibilizarían el criollismo y pondrían de manifiesto las demás capas de la estratificación guatemalteca.
A partir de la Revolución del 30 de junio de 1871, se sustentan cambios importantes tanto civil como militarmente en la organización del Estado de Guatemala. La política educativa crea un cambio en la intelectualidad, surgido no tanto del criollismo, sino de las masas mayas, mestizas, garífunas, xinkas, que afloran con el desarrollo de la cultura una reflexión crítica que encuentra su madurez en el período de 1920 a 1944.
La política educativa crea un cambio en la intelectualidad, surgido no tanto del criollismo, sino de las masas mayas, mestizas, garífunas, xinkas.
Las acciones del siglo XIX invisibilizarían el criollismo y pondrían de manifiesto las demás capas de la estratificación guatemalteca, oponiéndose entre sí y en ellos grupos de intelectuales que conforman la opinión pública, sea en medios periodísticos, tesis, investigaciones y literatura que aflora en importantes mentes de Guatemala, reunidos en la carta de los trescientos once.
Muchos de los que sobreviven a esas gestas, sus hijos y sus nietos, en los cuales jamás habrá unidad, como lo demuestra la división del Partido Revolucionario, fundado el 28 de agosto de 1957, que llevó a Mario Méndez Montenegro y tras su deceso a Julio César Méndez Montenegro. El Frente Unido de la Revolución, en donde sobresalen Manuel Colom Argueta, Adolfo Mijangos López, Francisco Villagrán.
Este partido batalla 10 años contra fraudes, corrupción hasta terminar fuera de lograr un escaño en la Asamblea Nacional Constituyente. Las luchas legales de autenticidad hasta ser inscrito el 15 de marzo de 1979 demuestran un antes y un después de la gesta revolucionaria del 20 de octubre de 1944, que probablemente perdió su rumbo y cuya manifestación histórica actual en octubre de 2025 con un gobierno en sus tres poderes totalmente disfuncional muestra un yerro político.
La estructura creada cuyo alcance llegaba al siglo XXI con el viaducto de la 24 calle zona 4, los grandes colectores, la construcción del bulevar universitario José Adolfo Mijangos López (Periférico inconcluso); además del proyecto Xayá Pixcayá que permite el vital líquido de agua potable a la Ciudad de Guatemala entre múltiples obras queda truncado con los asesinatos de verdaderos hijos de una revolución que en palabras de George Wilhelm Friedrich Hegel, gran admirador de la Revolución francesa, anula la individualidad e integra el Estado-nación.
Hoy esos proyectos como el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, la Universidad de San Carlos de Guatemala, entre otros, necesitan refundarse, pues se han convertido en burócratas que si no exilian, hunden y fracturan los procesos sociales atacando a académicos, intelectuales, salubristas, sin tener el mínimo acervo de la legítima defensa de intereses nacionales y más bien plegándose a esa perversión, como diría Freud, de tener poder y economía a la vez a costa de miles de inocentes silenciados.