Revista D

Abogado resuelve casos legales de guatemaltecos en EE. UU.

¿Usted es guatemalteco, vive en EE. UU. y no tiene DPI ni pasaporte? El abogado David Ruano Lemus puede resolverle estos casos de una forma apegada a la ley.

El guatemalteco David Ruano Lemus cumple 25 años de ejercer la abogacía. Hoy, reside en Silver Spring, Maryland, EE. UU. Foto Prensa Libre: Cortesía de David Ruano.

El guatemalteco David Ruano Lemus cumple 25 años de ejercer la abogacía. Hoy, reside en Silver Spring, Maryland, EE. UU. Foto Prensa Libre: Cortesía de David Ruano.

Hay muchos guatemaltecos que, desde Estados Unidos, envían dinero a sus parientes en Guatemala para que estos les compren casas, terrenos o fincas para que, cuando regresen, puedan vivir mejor.
Al final de cuentas, ese es el objetivo de irse tan lejos y trabajar tan duro.
Sin embargo, las cosas no siempre salen como uno quiere, como cuando uno de esos familiares se aprovecha de la situación y pone a su nombre todas las propiedades y luego no las quiere devolver a su genuino dueño, al que se fue a partir la espalda al Norte.
“Hay muchas situaciones dramáticas”, dice el abogado y notario guatemalteco David Ruano Lemus, residente en EE. UU. desde hace 15 años y que tiene un bufete en Washington D. C., el cual se especializa en brindar servicios legales a los connacionales que necesitan resolver asuntos en nuestro país.
Ruano Lemus, en esta entrevista, profundiza en esos casos que debe resolver a la distancia; además, habla de sus 25 años como profesional del Derecho y cuenta cuestiones personales como por qué se moviliza en una silla de ruedas.

¿Cuáles son los principales inconvenientes legales que afrontan los guatemaltecos en Estados Unidos?

Hay una gran cantidad de problemas que deben resolver y no se dan cuenta sino hasta que están fuera del país. Los más comunes son los relacionados con la identidad, producto del conflicto armado interno que se vivió en Guatemala, pues en aquellos tiempos, las municipalidades tenían a cargo los registros civiles, pero sucede que muchos fueron quemados, sobre todo en las áreas del altiplano.
Entonces, quienes se vienen a EE. UU., necesitan sacar papeles como el Documento Personal de Identificación (DPI) o pasaporte, para así estar de forma legal u obtener algún beneficio migratorio. El problema surge cuando no se encuentran sus partidas de nacimiento en Guatemala, ya sea por deterioro, pérdida o extravío de libros, así como por errores de forma y de fondo.

Imagino que ellos no pueden hacer los trámites personalmente porque tendrían que venir a Guatemala.

Exacto. No pueden viajar por situaciones personales o por su estatus migratorio.

¿Qué otros asuntos trabaja?

Mire, hay otra gran cantidad de personas que, en su deseo de migrar a EE. UU., hacen cosas que no tuvieron que hacer. De esa cuenta, a algunos les aparece doble identidad, por lo que deben corregir esa información ante la Dirección General de Migración de Guatemala.

¿Y esas  personas que dejan asuntos legales pendientes en nuestro país?

Le voy a contar algunos casos. Había una señora guatemalteca en Atlanta que tenía como ocho años intentando divorciarse de su expareja, quien reside en Guatemala. Ella, de hecho, vivía con un estadounidense y tenía la intención de arreglar su estatus migratorio, por lo que estuvo mandando documentos y cartas pero nunca lograba arreglar nada hasta que le dimos la asesoría adecuada.
También hay problemas de bienes. Como usted sabe, nuestros compatriotas mandan remesas y también dinero adicional para que sus familiares les compren casas o terrenos, para que cuando regresen ya tengan un buen patrimonio. La cosa es que esas propiedades las ponen a nombre de terceros, que es lo mismo a no tener nada.

¿Pueden recuperar esos inmuebles?

Sí, se puede, siempre y cuando haya voluntad de los parientes. Ha habido casos dramáticos, como la de un señor que vivía en Pensilvania. Resulta que las propiedades las puso a nombre de su mujer, residente en el oriente de Guatemala. A los dos o tres años, la señora se enamoró, se casó y quedó embarazada. Al señor en EE. UU. le informaron de lo sucedido y de inmediato le llamó a su expareja para que le devolviera sus bienes.
Lo que pasó es que paró hablando con el nuevo marido y este le dijo: “mire, lo siento mucho, pero esas propiedades ahora son de ella y míos, así que si los quiere recuperar, me tienen que comprar la mitad a mí”.

¿Tan aprovechada es la gente?

Así es. Nuestro compatriota acá en Estados Unidos estaba furioso, con toda razón. Legalmente, se puede recuperar todo, pero hay que llevar un proceso civil, así como demostrar que esos bienes se adquirieron con aportes económicos propios y en el tiempo en que estuvo conviviendo con esa pareja. Del caso que le expuse anteriormente no le puedo dar más información, porque sinceramente no sé qué sucedió. El señor decidió regresar a Guatemala y resolver personalmente el asunto.

¿También tratan casos por pensión alimenticia?

Mire, algunos guatemaltecos se vienen para Estados Unidos y dejan desamparada a la familia. Hubo un señor que dejó a su mujer sola y con nueve hijos, allá en Flores, Petén, mientras él vivía acá con otra. La señora, la guatemalteca, se quejaba de que no le mandaba ninguna ayuda. Usted me pregunta si se puede resolver, y la respuesta es que, de momento, queda a voluntad de la persona que está en EE. UU., para decirlo de forma clara y contundente.

¿Hay alguna forma de resolver eso?

Las señoras pueden promover una demanda en Guatemala, pero la notificación a nivel internacional es complicada. Lo adecuado es que las autoridades guatemaltecas alcancen acuerdos o convenios con Estados Unidos para ayudar a resolver situaciones como estas, tal como lo hace El Salvador.

¿Ustedes ayudan a que los guatemaltecos regularicen su estatus migratorio?

No, no tratamos asuntos migratorios. Eso se tiene que hacer con abogados expertos en leyes de inmigración de Estados Unidos u oficinas humanitarias aprobadas, que dan asistencia a personas que califican.

Respecto de su profesión, ¿por qué la eligió?

Desde niño sufrí ciertas dificultades derivadas de una discapacidad física que padezco, por la poliomielitis. Por eso me movilizo en silla de ruedas. Mi ilusión, a través del Derecho, es hacer cambios para personas con alguna discapacidad. En Guatemala he planteado sugerencias a alcaldes, diputados, ministros, gerentes de hoteles y restaurantes, pero nunca han concretado nada.

¿Ha sentido discriminación?

No, quizás por mi carácter fuerte. Me tocó sufrir y enfrentarme a la adversidad desde los cinco años, por lo que nunca he tolerado las injusticias. Cuando alguien quería pasar sobre mi dignidad, mis derechos o integridad física, sacaba mi coraje, como un león que se defiende de su agresor.

Este año cumple 25 años de ejercer la abogacía. ¿Qué es lo bueno y lo malo que ha afrontado?

He tenido muchas satisfacciones gracias al esfuerzo, la capacidad y energía que le he puesto a cada cargo que he ejercido. En el campo de la abogacía, he ayudado a personas de escasos recursos para resolver distintos problemas y conflictos de carácter familiar. Entre 1996 y el 2000 fui embajador de Guatemala en Uruguay. Ahora, ayudo a nuestros connacionales a arreglar sus asuntos legales en Guatemala y que, por su situación migratoria, no pueden regresar.

¿Qué es lo negativo?

He aprendido a ser optimista. Hay un dicho que reza: “En tus manos sostienes la semilla del fracaso o el potencial de la grandeza”. Guatemala afronta momentos difíciles, pero creo que unidos y de manera íntegra, responsable y leal, podemos hacer mucho.

Se lo preguntaba porque la imagen del abogado actual no es bien vista.

Mire, luego de 25 años le puedo decir que hay momentos en que a uno le invade cierta frustración. Uno ingresa a la universidad con la ilusión de que las cosas cambien y que la justicia prevalezca, pero cuando uno mira que los sectores poderosos y oscuros cooptan el Estado, en menoscabo de los intereses legítimos de la verdad, la justicia y del Derecho, entonces uno se decepciona.

PERFIL

– David Ruano Lemus nació en Sansare, El Progreso, el 24 de octubre de 1964.
– Reside en Silver Spring, Maryland.
– En 1986 se graduó de maestro en el Instituto Normal Centroamericano para Varones, de Jalapa.
– Se graduó de Abogado y Notario en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos, en octubre de 1991.
– Es graduado del Centro de Estudios Estratégicos para la Estabilidad Nacional, en estudios con énfasis en política, economía, sociedad, geografía y milicia.
– Domina el español, inglés, francés y portugués, y tiene conocimientos básicos de alemán.
– Es propietario, fundador y presidente del Bufete Ruano y Asociados, con sede  en
Washington D. C.
– Fue embajador de Guatemala en Uruguay, entre junio de 1996 y febrero del 2000.
– En la década de 1990 fue asesor jurídico en distintas instituciones de Gobierno.
– El Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala recién le otorgó una medalla y diploma por cumplir 25 años de ejercicio profesional.

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