Su éxito repentino lo llevó a mudarse de Reino Unido a Ciudad del Cabo, Sudáfrica, antes de alcanzar la mayoría de edad.
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¿Afecta el orden de nacimiento de los hermanos (o no tenerlos) en su éxito en la vida y el trabajo?
Con 16 años, a Glen Allsopp se le ocurrió una brillante idea para montar su propio negocio sentado en la habitación de su casa en Newcastle.
Pese a la creencia popular, los hijos menores no son más aventureros ni asumen más riesgos que sus hermanos. (Foto Prensa Libre: Getty Images/BBC)
Pero ¿de dónde le vino ese gran espíritu emprendedor?
Los genes, los padres y la educación juegan probablemente un papel importante, pero ¿cómo te influye tu familia, especialmente tus hermanos y hermanas?
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Allsopp, de 30 años y fundador y director ejecutivo de detailed.com (una consultoría de SEO que ha trabajado con empresas valoradas en ocho y nueve cifras), es el más joven de tres hermanos. Y eso último lo vincula con la libertad que recibió a la hora de ser creativo y tomar riesgos.
“Pude ver a mis padres abrirse a que sus hijos hicieran cosas diferentes a medida que salíamos de la escuela y entrábamos en el mercado laboral”, dice.
“Tuve total libertad para abandonar mi trabajo a tiempo parcial, dejar la universidad y, en definitiva, comenzar una nueva vida en un continente diferente”.
¿Hermanos pequeños más aventureros?
Esta idea de que los hermanos menores son más aventureros es solo una de las teorías sobre cómo nuestra posición en la familia nos afecta e influye en nuestros trabajos futuros.
Una idea aún más popular y casi aceptada es que los hijos mayores, con sus años de experiencia como gran ventaja, tienen más posibilidades de convertirse en grandes líderes.
Sin embargo, la evidencia científica sobre esta teoría es muy pobre: algunos expertos incluso describen la influencia del orden de nacimiento en la personalidad como una “teoría zombi”; es decir, una que se niega a morir a pesar de ser refutada.
Pero eso no significa que nuestras relaciones entre hermanos (o la falta de ellas) no tengan impacto.
Algunos estudios recientes sugieren en cambio que la diferencia de edad entre los hermanos, la proporción entre niños y niñas y la calidad de las relaciones entre hermanos pueden ser factores mucho más importantes.
Los conflictos y la diplomacia con nuestros hermanos pueden realmente ayudar a dotarnos de los tipos de habilidades personales que nos resultarán útiles cuando seamos adultos trabajadores.
¿Nacido para liderar?
Internet está lleno de artículos que afirman que los hermanos mayores tienen más probabilidades de convertirse en líderes.
Hay una gran cantidad de anécdotas que apoyan esta idea.
Los líderes europeos Angela Merkel y Emmanuel Macron, por ejemplo, son los mayores entre sus hermanos, al igual que los presidentes de Estados Unidos Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama (o que fueron criados como tales, ya que Obama tuvo medio hermanos mayores pero no vivía con ellos).
En el mundo de los negocios, Sheryl Sandberg (de Facebook), Marissa Mayer (de Lumi Labs, antes en Yahoo!), Jeff Bezos (Amazon), Elon Musk (SpaceX y Tesla) y Richard Branson (Virgin), por nombrar solo algunos altos ejecutivos famosos, son también los hermanos mayores.
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Sin embargo, dos grandes investigaciones en 2015 no encontraron un vínculo significativo entre el orden de nacimiento y los rasgos de personalidad.
Ambas evaluaron los rasgos, el coeficiente intelectual y el orden de nacimiento de miles de personas en varios países europeos. Y aunque hubo algunas pequeñas correlaciones, fueron minúsculas en términos de su relevancia práctica.
Otra idea popular relacionada con el orden de nacimiento es que los más pequeños, como Allsopp, son más propensos a correr riesgos.
Pero diversos estudios también descartaron esta idea al no encontrar una asociación significativa entre estos factores.
Estabilidad de la personalidad
El orden de nacimiento, por tanto, puede no ser tan determinante como se cree.
Y, sin embargo, viendo a un par de hermanos jugar y pelear, discutir y volver a hacer las paces, parece increíble pensar que estas experiencias no nos dejarán huella.
La falta de un efecto de hermano mayor o menor no significa que tu experiencia individual en la jerarquía familiar no haya influido a la hora de dar forma a la persona en la que te has convertido.
Puede ser la naturaleza particular de tus propias relaciones y tu papel en la estructura de poder lo que realmente importe.
Pero hay que tomar esto con mucha precaución. Como señala Julia Rohrer, investigadora de la Universidad de Leipzig en Alemania, si encuentras un vínculo entre las relaciones entre hermanos y el comportamiento posterior en la vida, hay una explicación mucho más simple: la estabilidad de la personalidad.
“Alguien que cuida a sus hermanos podría ser simplemente una persona muy cariñosa y también actuar de la misma manera en el futuro en otros entornos; sin ningún efecto causal real de las relaciones entre hermanos”, dice la experta.
Género y edad
El género de nuestros hermanos también podría marcar la diferencia en aspectos que son importantes para nuestras carreras posteriores, según un estudio que encontró que los hombres con hermanas mayores eran menos competitivos.
Otro factor que podría ser más relevante que el orden de nacimiento es si tuviste un hermano cercano en edad.
Un estudio reciente entre más de 4.000 británicos descubrió que las personas que eran más cercanas a su hermano mayor tendían a ser más extrovertidas y menos neuróticas.
Al parecer esto se debía a que tenían que competir por la atención de sus padres en un campo de juego más nivelado, y tendían a jugar y aprender unas de otras.
También hay que recordar que las relaciones entre hermanos y hermanas no existen en el vacío: los hermanos tienden a tener mejores relaciones entre sí cuando se crían en un ambiente hogareño más organizado y con padres que son felices juntos.
En otras palabras, hay una variedad de causas: sí, tu relación con tu hermano podría haber afectado tu propio desarrollo, pero a la vez, la dinámica con tus hermanos podría haber sido moldeada por la atmósfera general que existía en el hogar.
El poder del hijo único
Ser emocionalmente resistente, empático y tener habilidades sociales son ventajas obvias en muchas carreras (por ejemplo, ser extrovertido puede ayudar en profesiones como ventas, enseñanza o periodismo).
En este contexto, la investigación sugiere que tener un hermano con el que te lleves bien puede darte el campo de entrenamiento perfecto.
Entonces ¿dónde deja eso a hijos únicos como yo o Brendan Hufford, un director de SEO en la agencia de diseño Clique Studios?
Hufford dice que la experiencia de no tener hermanos le influyó profundamente.
“Me di cuenta de que busco mucha validación o aceptación externa”, dice.
“Sin hermanos para validar mis experiencias diarias mientras crecía, busqué a otros para que me dieran su opinión sobre mi trabajo y mis acciones diarias”.
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Dice que, en su carrera profesional, esto realmente le ayudó a relacionarse con colegas y a establecer relaciones rápidamente.
“Sin embargo, a medida que avancé a puestos de liderazgo, se redujo el número de colegas con los que podía compartir de manera abierta, lo que me supuso períodos de dudas e incertidumbre respecto a mi capacidad y eficacia como líder”.
Otro estudio reciente reveló resultados relacionados en términos de las posibles consecuencias sociales de ser hijo único.
Los participantes obtuvieron puntuaciones más bajas de “amabilidad” (fueron menos amigables y confiables) que quienes tenían hermanos.
Sin embargo, hubo un lado positivo: los hijos únicos obtuvieron mejores resultados en su creatividad.
Los investigadores atribuyeron el hallazgo a que habían recibido mayor atención de sus padres y/o al hecho de que sus padres esperaban más de ellos.
(Agregaría que quizás los hijos únicos también se benefician de pasar más tiempo a solas con su imaginación).
Ese último resultado es tentativo por ahora.
Pero sugiere que, si bien yo (y otros hijos únicos) podríamos preguntarnos cómo habría sido tener hermanos o hermanas con quienes conversar y jugar, tal vez la tranquilidad que disfruté en casa ayudó a sentar las bases para que me convirtiera en escritor.