Escenario

La Guatemala azul de 1915

Hace un siglo, en el gobierno de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920), se publicó el Libro Azul, que exaltaba a Guatemala para promocionarla como país y atraer capitales del extranjero. Ahora constituye un valioso documento.

La obra, la primera impresa a color que apareció en el país, y de 406 páginas —con textos en inglés y en español—, incluye “una exposición auténtica del estado del progreso que ha alcanzado este bello y simpático país”, según indica en el prólogo. Además, expone datos biográficos de los personajes más prominentes de todos los ámbitos, así como un compendio de la historia del país, un rico material fotográfico que evidencia la vida de la sociedad en aquella época y estadísticas oficiales sobre el comercio e infraestructura.

El libro fue editado por Latin American Boureau, a cargo del coronel J. Bascom Jones, como editor, y William T. Scoullar, editor asociado, impreso por Searcy & Pfaff, Ltd., en Nueva Orleans. La casa editorial contrató al poeta guatemalteco Máximo Soto Hall para la investigación histórica y la recolección de datos. Soto fue el ideólogo del régimen de Estrada, al escribir los discursos del presidente.

Las primeras páginas despliegan una exaltación a la figura del presidente y los logros que se le atribuyeron.

Manuel Estrada Cabrera, presidente de 1898 a 1920, quien impulsó la obra.

“Las condiciones del liberalismo le impusieron a Cabrera promocionar a Guatemala en el extranjero, para atraer la inversión al mostrar las riquezas del país”, expone el historiador Haroldo Rodas. “Antes del Libro Azul, a Guatemala se le consideraba parte de un proceso colonial, y no tenía la trascendencia que obtuvo después del gobierno de Cabrera; pasaba desapercibida”, añade.

Exposición mundial

En una carta de un lector, publicada el 1 de septiembre de 1915 en el Diario de Centroamérica, se describen las impresiones del presidente de la Unión de San Francisco, California, EE. UU., L. A. Moreno, acerca del Libro Azul, sorprendido de la fina calidad del trabajo y de la hábil presentación de datos, así como de “las bellezas que ofrece Guatemala”. “Pocos eran los de estos rumbos que sabían que existía semejante país, y todos ahora admiramos la digna habilidad con que dan a conocer su hermosa tierra”, se refiere. “Si este —Libro Azul— no logra grandes resultados, no hay ninguna forma de publicidad que los consiga”, añade.

Banco de Guatemala, en su sede original, de la 8a. avenida de la zona 1 capitalina.

“En la obra aparecen mujeres bellas de esa época para invitar a hombres europeos y acaudalados a formar familias en Guatemala, quienes migraron a causa de la Primera Guerra Mundial”, refiere el doctor en Historia del Arte Fernando Urquizú. “Los extranjeros buscaban transportar capital y bienes a América”, añade.

Mynor Carrera, doctor en Historia y especialista en el gobierno de Cabrera, refiere que la obra presenta los intereses económicos de familias acaudaladas, que pagaron para anunciar sus comercios. “Prácticamente, ellos la patrocinaron”, asegura.

Muchas de las fotografías, dice Carrera, pertenecían al archivo fotográfico del gobierno, donde se plasmaban actividades comerciales, fiestas cívicas o ferias, y que los fotógrafos donaban, “porque tanto ellos como escultores y pintores estaban al servicio del presidente”.

La obra muestra a un ciudadano fuerte interesado en la educación y en el deporte, con escuelas militarizadas. Le dedica varias páginas a los indígenas; pero no se hace ninguna mención a la Iglesia. Al final, hay un directorio de la ciudad y de algunos departamentos; los números de teléfonos eran de cuatro cifras.

“Era una Guatemala más rural que urbana, con habitantes de costumbres religiosas bien cimentadas, la mayoría analfabeta y que se dedicaba a la agricultura o albañilería”, cita la obra Minerva en el trópico, de Carrera.

“Guatemala se hacía ver bajo el gobierno de un sistema democrático, habitado por extranjeros y nacionales, en donde todos encontraban un lugar para progresar”, añade.

Lea la nota completa, donde aparece comparación de estadísticas de ese entonces con actuales, así como anuncios de diarios de 1915, en la edición impresa de Prensa Libre, o adquiérala aquí.

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.