“Basándonos en estudios anteriores sobre el trabajo de las enfermeras estadounidenses, observamos cómo hay una asociación entre los turnos laborales y el riesgo de sufrir estas enfermedades debido, principalmente, a que la mayoría seguía patrones alimenticios muy pobres al no tener tiempo de preparar o encontrar nada mejor que poder comer. Creemos que esto afecta no solo a las enfermeras, sino al resto de profesionales con horarios variados”, explican los autores.
Actualmente, se calcula que entre el 15 al 20 por ciento de la población activa europea y estadounidense trabaja sin un horario fijo, lo que hace más complicado seguir una dieta sana y variada. “Es un estudio llamativo porque es la primera vez que se asocian ambos conceptos, pero también es muy lógico. Una persona que se pasa semanas trabajando de noche y a las dos de la madrugada tiene un descanso y se va a tomar algo tiene más facilidad de tomar alimentos precocinados o los llamados fast food”, analiza para el doctor Felipe Casanueva, director científico de CIBERobn.
“Lo mismo pasa con el resto de horarios y, sobre todo, cuando una persona está sometida a cambios horarios frecuentes y rápidos. Si trabajas por las tardes, pero tienes que entrar muy pronto o por las mañanas pero ya sales tarde no tienes tiempo para preparar nada con un poco de cuidado o, de tenerlo, no sirve de nada comer una semana sano y pasarte tres comiendo cosas precocinadas. Si a esto añadimos que la comida rápida es fácil de encontrar, tiene buen sabor y es barata, acudimos a ella más, por lo que aumentamos nuestras probabilidades de terminar sufriendo diabetes y obesidad”, añade.
Precisamente, la facilidad con la que se encuentra esta comida en comparación con menús más variados y sanos, es la perenne queja de los autores de este editorial. “Los gobiernos deben mejorar los hábitos de los consumidores y adoptar medidas concretas para garantizar que sea más fácil y barato comer sano que no”, reza en el artículo.
Riesgo laboral
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad ya puede calificarse como pandemia. Con 502 millones de obesos en todo el mundo, muchos especialistas apuntan directamente a los organismos competentes para rebajar estas cifras. Pero ¿qué medidas se podrían tomar? Los autores de este nuevo estudio se atreven a sugerir que la llamada ‘comida basura’ sea legítimamente considerada como una nueva forma de riesgo laboral en un intento para que en los lugares de trabajo que tengan a empleados con estos turnos se implantasen menús más sanos y baratos.
Una medida que para algunos especialistas quizá peque de “exageración” ya que “en España, el 23% de su población adulta es obesa y una ínfima minoría de ellos se debe a los turnos laborales”, explica el doctor Casanueva. “Pero sí es cierto que desde hace tiempo los nutricionistas exigen medidas administrativas que fomenten dietas variadas y ricas en verduras y frutas, haciéndolas más accesibles y baratas porque la obesidad ya no se asocia sólo a la diabetes, sino también a diferentes tipos de cáncer, como el de mama, el de colon o el de páncreas. Es realmente una epidemia a la que hay que buscar medidas”, comenta este especialista.