Salud y Familia

¿Cómo pueden ayudar los niños en el cuidado de una mascota?

Incluso los niños más pequeños pueden asumir tareas sencillas en el cuidado de la mascota. Sin embargo, los padres siempre deben verificar que el animal esté bien cuidado. Antes de adoptar es necesario estar seguro.

Los gatos son mascotas que se adaptan bien a la vida con niños: cuando quieren estar solos, simplemente se retiran. Foto: DPA

Los gatos son mascotas que se adaptan bien a la vida con niños: cuando quieren estar solos, simplemente se retiran. Foto: DPA

“Bootsmann” era pequeño, tenía un suave pelaje y vivía en la habitación de los niños. El hámster enano, en el ínterin fallecido, fue adoptado por la familia Jantz hace dos años y medio. Para la pequeña Johanna, de nueve años, y sus hermanos Lutz y Ella, de siete y cinco años respectivamente, el animal era un miembro de la familia.

“Tenemos un gato ya desde hace muchos años”, señala la madre, Marion Jantz, “pero los niños nunca lo consideraron como un animal que tenían que alimentar y cuidar”.

A Lutz, en particular, siempre le fascinaron los animales que veía en la tienda de mascotas, y se alegró mucho con la llegada de “Bootsmann”. Pero los niños pronto se dieron cuenta de que al nuevo compañero de cuarto le gustaba más correr que ser acariciado y que durante el día lo único que quería era estar tranquilo. “Nunca más compraría un hámster”, asevera Marion Jantz, y opina que un animal solitario y de actividad nocturna no es la mascota adecuada para los niños.

La mayor parte del tiempo, Marion Jantz era la responsable de alimentar y limpiar la jaula del animal, sin que este hecho le molestara demasiado: le gustan los animales, y, además, para ella estaba claro desde el principio que terminaría asumiendo toda la responsabilidad.

“Los padres tienen que ser conscientes de que la responsabilidad de un animal es siempre de los adultos”, enfatiza la veterinaria alemana Daniela Rickert, comprometida con una asociación veterinaria dedicada a la protección de los animales y a favor del bienestar de los animales domésticos.

Los niños pueden ayudar de muchas maneras en el cuidado de las mascotas. Por ejemplo, limpiando el baño del gato. Foto: DPA

Rickert señala que cuidar de un animal es una carga que puede llegar a ser muy pesada, incluso para niños mayores, y aconseja a los padres que antes de comprar una mascota reflexionen acerca de si están dispuestos a invertir el tiempo y la energía requeridos.

Birgit Baden opina que es muy importante darles a los niños el tiempo necesario para familiarizarse con el animal. Esta enfermera se ha especializado en educación y terapia con animales e imparte cursos para niños en su granja en las Landas de Luneburgo, en Baja Sajonia. Birgit Baden está convencida de que los animales son beneficiosos para las personas, por ejemplo, porque promueven las habilidades sociales y proporcionan cariño.

En su opinión, nunca es demasiado temprano para comenzar a familiarizar a los niños con los animales. Incluso los pequeños de cuatro años pueden asumir tareas sencillas, como cambiar el agua de los conejos o ayudar a limpiar el recinto con una pequeña pala. A los niños mayores también se les pueden dar tareas fijas como la alimentación diaria.

Sin embargo, los padres siempre deben verificar que el animal esté bien cuidado. Cuando la atracción de lo nuevo se ha desvanecido, muchos niños suelen perder el interés en sus protegidos. Entonces comienza la discusión sobre quién se hará cargo de las tareas diarias. “Cuanto mejor conozcan los niños a sus animales, más se divertirán con ellos”, enfatiza Baden. En su opinión, los propios padres deben estar bien informados para mantener despierto el entusiasmo de los niños hacia sus mascotas.

Los animales domésticos proporcionan cariño y promueven las habilidades sociales de los niños. Foto: DPA

Los adultos deben enseñar a los niños cómo inspirar confianza en los nuevos compañeros de cuarto y cuáles son sus gustos y necesidades. Además, aprenderán a tener paciencia, a motivar al animal con golosinas saludables y poco a poco realizar con ellos tareas divertidas.

Son los padres los que deciden, en última instancia, qué animal es el correcto para los niños. Los libros o folletos especializados, por ejemplo, de una asociación de bienestar animal, pueden ser de gran ayuda. Las visitas en casa de amigos que ya tienen una mascota puedan dar una primera impresión.

Un perro, por ejemplo, necesita mucho tiempo y atención. Los conejos, los cobayos o las ratas no deben ser mantenidos solos, incluso un acuario requiere cierta pericia. Los gatos son particularmente adecuados como mascotas familiares, explica Daniela Rickert: “Cuando quieren estar solos o necesitan su espacio, los gatos simplemente se retiran o incluso muestran las garras”.

Marion Jantz también opina que los gatos son las mascotas ideales. El anciano gato de la familia, Freedo, ya tiene 17 años, así que hace medio año adoptaron dos gatos hermanos, Narla y Ronny. Los jóvenes felinos son curiosos, les gusta jugar y ser acariciados.

Johanna, Lutz y Ella están encantados con sus revoltosos compañeros de cuarto. “Creo que es genial que los niños ayuden a cuidar de los gatos, aunque no lo hagan tanto como nosotros los adultos”, precisa Jantz. ¿Y quién se hace cargo de la caja de arena? Los padres la limpian. Es simplemente más rápido que repartir tareas y evita discusiones.

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