Salud y Familia

¿Cuándo y cómo hay que deshacerse de una sartén con antiadherente?

La anti-adherencia de las sartenes ofrece ventajas: hace que usemos menos materia grasa y que la sartén sea más fácil de limpiar. Pero el efecto no dura eternamente.

¿Cuándo y cómo hay que deshacerse de una sartén con antiadherente?

Las sartenes recubiertas no tienen fecha de caducidad. Pero se puede alargar su vida útil cuidándolas bien. (Foto Prensa Libre: Christin Klose/dpa)

¿Hay que tirar la sartén tras tan solo unos pocos años? Y en el caso de que sí, ¿cómo se pueden preservar sus materias primas en el marco de la sustentabilidad circular?

“Las sartenes que están recubiertas con politetrafluoroetileno, en general, también son consideradas sartenes de teflón. Pero no hay una determinada cantidad de tiempo exacto para su durabilidad, en la que pueden ser utilizadas”, dice Daniela Krehl, especialista en consumo.

Desde su punto de vista, depende de la sartén y el cuidado que se le dé. “A más tardar, cuando el recubrimiento comienza a desprenderse, hay que deshacerse de la sartén”, opina.

Si compramos una sartén nueva cada cierta cantidad de años, ¿dónde queda la sustentabilidad? Krehl aclara que la sartén no debería ser tirada a la basura, sino llevada a un centro de reciclaje.

Pero señala que hay también otra posibilidad: “Se puede hacer recubrir la sartén nuevamente”. Algunos fabricantes ofrecen esta opción. Pero también hay quienes, independientemente de la marca, ofrecen un nuevo revestimiento. Krehl aconseja preguntar en un comercio especializado o buscar en Internet quién ofrece este servicio.

En algunas sartenes tal vez aún no se vea que se esté desprendiendo el recubrimiento, pero con el paso de los años presentan cada vez más arañazos, y más profundos. ¿También en esos casos es hora de deshacerse de la sartén?

“Los arañazos no suponen un peligro para la salud, pero disminuyen la antiadherencia”, explica Krehl. Es decir, qué demasiados arañazos implican que los alimentos queden pegados en el fondo, por lo que la sartén pierde su característica principal.

A partir de los 360 grados padecen sartén y salud

Otros expertos señalan asimismo que aun en caso de que alguna vez una pequeñísima parte de un recubrimiento se desprenda y sea tragado al comer, eso no supone un riesgo para la salud. Dado que el politetrafluoroetileno es inerte, esa pequeña parte ingerida no será digerida y el cuerpo la expulsará. El polímero se empieza a descomponer solo a partir de una temperatura de aproximadamente 360 grados.

Pero entonces sí emite vapores tóxicos que pueden desatar síntomas similares a una gripe, también llamada fiebre por vapores poliméricos.

Por eso, la sartén con antiadherente no debería nunca ser calentada demasiado: sin contenido, de ninguna manera, más de tres minutos, precisan los expertos. En el caso de placas de inducción, ni siquiera debería ser un minuto, advierten. A partir de los 230 grados el revestimiento cambia de color y se puede desprender.

Mientras la sartén contenga alimentos, es improbable que se sobrecaliente, indican. Gracias al agua o a los alimentos que contienen agua, la temperatura no puede superar tan fácilmente los cien grados, es decir, el punto de ebullición del agua.

No echar agua fría en una sartén caliente

Los daños que se producen por calentar demasiado la sartén no son cubiertos por la garantía de los fabricantes. Las compañías advierten además que se cometen muchas veces otros dos errores.

Uno es un shock extremo de temperatura que se produce cuando se pasa la sartén caliente directamente de la hornalla al chorro de agua fría para remojarla. En vez de eso, “hay que dejarla enfriar antes de lavarla, para que no se deforme por el shock extremo de temperatura”, señala un fabricante.

El otro es mover la sartén de un lado al otro sobre los hornillos o la zona de cocción, algo que no debería hacerse, dado que esto daña tanto la superficie de la sartén como la del fogón.

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