Para ello, los expertos realizaron pruebas en las que se tomaron muestras de emanaciones de la piel de los pies de cada individuo durante tres días diferentes. En los exámenes participaron 48 adultos varones sanos de entre 20 y 64 años; 46 eran de origen caucásico, uno asiático y un hispano.
Según explican los expertos, los pies producen compuestos volátiles que se sabe son los sitios favoritos para picaduras de este insecto.
Posteriormente colocaron las muestras en los recipientes que contenían a los mosquitos en cautiverio. Los mosquitos se vieron inmediatamente atraídos a las muestras de nueve de los voluntarios, mientras que las de otros siete fueron casi invisibles.
Al analizar a estos dos grupos los científicos descubrieron que los más atractivos tenían más comunidades de bacterias, pero de menor diversidad, en los pies que los siete que fueron rechazados.
El descubrimiento de la relación entre las poblaciones microbianas de la piel y la atracción de los mosquitos puede conducir al desarrollo de nuevas formas de atraer a los mosquitos, así como a elaborar métodos personalizados para protegerse de enfermedades como la malaria y otras enfermedades infecciosas.